Traducción por A. Garrido
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Introducción
Las “corrientes” discusiones sobre inmigración, raza, y las consecuencias de una sociedad multirracial normalmente consideran sólo cuestiones secundarias como economía, crimen, cultura, etc. Ignoran los intereses esenciales de un pueblo: la continuidad genética. Ninguna persona racional apoyaría políticas que, por un lado, “enriquecerían” a su familia mientras, por otro lado, simultáneamente reemplazan a su familia con extraños. Y sin embargo, parecemos ignorar completamente la gran escala de efectos de las políticas públicas en nuestra gran “familia ampliada” – los grupos raciales y étnicos a los que pertenecemos.
Personas preocupadas han esperado un estudio amplio y honesto sobre estos temas. La espera ha terminado. El doctor Frank Salter ha recién publicado tal análisis en la revista Población y Medioambiente (vol.24, Nº.2, Noviembre 2002, páginas 111-140), titulado: “Estimando Intereses Étnico Genéticos: ¿Es Adaptativo Resistir a la Migración de Reemplazo? Él entonces ha seguido este crucialmente importante artículo con un aún más detallado estudio en el libro, Sobre Intereses Genéticos: Familia, Etnicidad, y Humanidad en una Era de la Migración Masiva, 2da ed. (New Brunswick, N.J: Transation Publishers, 2007). A continuación se resume el trabajo del Dr. Salter.
Consideraciones Básicas
En esencia, la vida como la conocemos es en última instancia consiste en la propagación de información genética distintiva de una generación a la siguiente. Los organismos vivos pueden ser vistos como vehículos a través de los cuales ocurre la propagación. Miembros de una familia comparten muchos de la misma información genética distintiva, por lo que la aptitud de una persona es aumentada por el éxito de supervivencia y reproductivo de su familia. Esto también es cierto para grupos de poblaciones, o “etnias”, un término que puede referirse a razas, grupos étnicos, y/o varios subgrupos de éstos. Como las familias, miembros de una etnia tienen más información genética distintiva en común entre sí, que con gente de otras poblaciones. Aunque la relación genética de miembros de una etnia está más diluida que la de los miembros de una familia, las etnias son reservas más grandes de intereses genéticos para sus miembros por su tamaño, que puede ascender a muchos millones. Por lo tanto, puede ser igual de adaptativo, o más aún, apoyar el propio grupo étnico o racial, a como sería apoyar a la propia familia de uno.
Un territorio definido es crucial para la supervivencia de una etnia. A la larga, el territorio es crucial para la supervivencia, y la historia humana es en gran parte un registro de grupos expandiéndose y contrayéndose, conquistando o siendo conquistados, migrando o siendo desplazados por emigrantes. La pérdida del territorio, ya sea por derrota militar o desplazamiento por emigrantes, trae una disminución o destrucción étnica – precisamente lo que hoy en día está pasando en el Occidente “multicultural”. Una parte importante del trabajo del Dr. Salter es un análisis cuantitativo sobre este impacto genético negativo.
Capacidad de Carga
El análisis del Dr. Salter se basa en dos conceptos: capacidad de carga y parentesco genético. La capacidad de carga es la máxima población que puede vivir en un determinado territorio. Aunque la tecnología y el aumento de la eficiencia económica pueden incrementar la capacidad de carga, existe un límite práctico por encima del cual el crecimiento de la población no es posible.
Muchos ecologistas creen que nos acercamos, o que hemos sobrepasado, la capacidad de carga práctica de la Tierra. Incluso si estos ecologistas están equivocados sobre la Tierra en su conjunto, está claro que la capacidad de carga ya ha sido excedida en aquellas áreas donde la sobrepoblación ha malherido el medioambiente o agotado los recursos naturales.
La inmigración socava los intereses de los nativos incluso si su territorio no ha alcanzado su capacidad de carga. Por ejemplo, la capacidad de carga de Estados Unidos es probablemente mucho mayor que su actual población. Sin embargo, un día su capacidad de carga será alcanzada, y si en ese entonces parte del país se llena con los descendientes de los actuales inmigrantes, los nativos no tendrán espacio en el cual poder expandirse. En otras palabras, incluso si la capacidad de carga de Estados Unidos es tan alta como 600 millones o más, si esa cifra de población es alguna vez alcanzada, una porción será de los descendientes de inmigrantes extranjeros.
Parentesco y equivalentes de niños
Es importante señalar que el Dr. Salter no trata la llegada de inmigrantes como una simple adición de población, sino que como un desplazamiento uno-a-uno de nativos. Esto es metodológicamente correcto, porque cuando una nación alcanza su capacidad de carga, es la presencia de inmigrantes y de sus descendentes lo que hace imposible para los nativos aumentar sus números. Lo que puede no parecer un desplazamiento uno-a-uno, en retrospectiva, se ve que es precisamente eso. El otro concepto central para el argumento del Dr. Salter es el parentesco genético. A pesar de que todos los seres humanos comparten mucha información genética, el parentesco es una medida de las similitudes y diferencias por encima y más allá de esta general compartición genética.
El Dr. Salter expresa la pérdida de intereses genéticos en unidades que él llama “niños-equivalentes”. En otras palabras, el Dr. Salter se pregunta: por cada determinado miembro de la población nativa, ¿cuál es el número de niños perdidos que igualarían la pérdida de sus intereses genéticos causada por la llegada de un cierto número de gentes extranjeras? Nótese que no estamos hablando de niños reales, sino que de equivalentes genéticos puestos en la forma de la relación padre-hijo.
Dicho de otra manera, la llegada de inmigrantes de otras etnias cambiará el carácter genético de la población, y la hace más extraña a cada miembro de la etnia nativa. La cantidad de cambio genético, del punto de vista de cualquier miembro determinado del grupo nativo, puede ser calculado como el equivalente del número de niños no-nacidos de esa persona. Se trata de poner un número de los miembros de un grupo en reemplazo de los miembros del otro. Algunos ejemplos harán esto más claro.
Los datos que el Dr. Salter utilizó para estos cálculos derivan de ensayos genéticos. Por favor, tener en cuenta que estos estudios específicos son algo anticuados, aunque los hallazgos más básicos han sido replicados en investigación más reciente. Es muy importante tener en cuenta que estos datos seguramente subestiman la magnitud de los intereses genéticos y del daño genético hecho por la inmigración y el multirracialismo. Esto es porque los estudios originales no sólo son algo anticuados ni son tan detallados como el trabajo posterior, sino que los hallazgos no incluyen diferencias inherentes a la estructura genética de orden superior, que también contribuye a los intereses genéticos.
El Dr. Salter comienza considerando a los Ingleses como población nativa, y examina los efectos de la inmigración de 10.000 Daneses, una etnia que genéticamente es muy cercana a los Ingleses. Reemplazar 10.000 Ingleses con 10.000 Daneses cambia tanto las características de la población que la población “post-reemplazo” resultante se diferencia de la población inalterada por el equivalente de un inglés (o inglesa) “¡sin haber tenido” 167 niños! Una vez más, no estamos hablando de niños reales, sino que de equivalentes genéticos.
Efectos de la Inmigración y una Sociedad Multirracial.
Consideremos otros ejemplos. ¿Y si los inmigrantes fueran Bantú – una población genéticamente muy distante de los Ingleses – en lugar de Daneses? ¡Aquí el costo genético para cualquier inglés a la llegada de 10.000 Bantú es el equivalente a 10.854 niños perdidos! Claramente, la magnitud de la transformación genética de una población depende de la distancia genética entre las poblaciones nativa e inmigrante.
¿Y si los niveles de inmigración fueran mayores, y más de acuerdo al desplazamiento masivo de los pueblos Occidentales que observamos hoy en día? Si 12.5 millones de Ingleses fueran reemplazados por igual número de Daneses, el costo genético para cada individuo inglés sería el equivalente a 209.000 niños no nacidos; si los inmigrantes fueran de la India, la pérdida sería de 2.6 millones de niños; si los inmigrantes fueran Bantú, 13 millones.
Estas cifras no son “conjeturas”; sino que resultados objetivos, matemáticos, basados en datos genéticos. Como se mencionó arriba, estas cifras probablemente subestiman el daño genético real.
También es importante subrayar que esta pérdida de ninguna manera se limita a ser repartida en toda la población nativa. La pérdida en términos de equivalentes genéticos refleja el cambio en la población desde el punto de vista de cada miembro de la población nativa. El Dr. Salter escribe: “Para una mujer nativa es equivalente a la pérdida de sus hijos y nietos, para un hombre nativo es equivalente a la pérdida de sus niños y nietos, aunque a una escala mucho mayor.
Para ilustrar mejor estos puntos, Salter determina el número de inmigrantes de un grupo Y necesario para reducir los intereses genéticos de un miembro aleatorio del grupo nativo X en un niño equivalente. Para los Europeos, un promedio de inmigrantes de sólo 1.1. Africanos o 1.7 nororientales es suficiente para la pérdida de un niño equivalente. En otras palabras, usando datos genéticos conservadores que probablemente subestimarán estos efectos, la presencia de aproximadamente un Africano, o aproximadamente dos nororientales, daña los intereses genéticos de una típica persona blanca (i.e. de ascendencia Europea) a un nivel equivalente al de perder un niño. Este es un argumento personal y poderoso contra la inmigración racialmente extraña y contra una sociedad multirracial.
Mientras que las bajísimas tasas de natalidad pueden ser dañinas para los pueblos eurodescendientes, su reemplazo con inmigrantes genéticamente extraños es mucho peor. Una tasa de natalidad decreciente reduce la población pero no la transforma, y un futuro incremento en la tasa de natalidad puede siempre compensar la pérdida. Una vez que los inmigrantes se han establecido en un territorio, sus genes son una adición permanente.
Desde el punto de vista de los intereses genéticos, la idea de que “la inmigración compensa la baja tasa de natalidad de los nativos” es patológica. La afirmación de que los inmigrantes deben ser importados por razones “económicas”, o por alguna otra razón corta de vista, es por lo tanto expuesta como increíblemente destructiva para los intereses de los nativos.
Cualquier consideración de costos vs. beneficios de la inmigración – o en general de una sociedad multirracial – debe absolutamente considerar los costos incurridos en el más básico, más personal y más fundamental nivel humano. Después de todo, los humanos son organismos que viven y respiran – “crecimiento económico” u otras cuestiones son importantes sólo en la medida que influyen seres humanos vivos, reales, e intereses humanos. Un pueblo no se “beneficio de “X” si “X” resulta en el desplazamiento y reemplazo de ese pueblo por otros en una magnitud equivalente al de un asesinato en masa.
Genéticamente, la inmigración masiva de extranjeros es un genocidio. Del mismo modo, una sociedad multicultural, multirracial, que gestiona el eclipse demográfico de su población mayoritaria es también practicar genocidio. Estos son hechos que no pueden ser evadidos de manera responsable.
Biopolítica
Esto no tiene la intención de inspirar disgusto o ira hacia los inmigrantes – o hacia cualquier otro pueblo. Por el contrario, tales emociones son autolesivas y contraproducentes. Después de todo, estas personas sólo están aprovechando las oportunidades dadas a ellos para una vida mejor y de expandir sus números en las tierras de otros pueblos.
No, la causa última de la decadencia de Occidente es que los gobiernos y “líderes” de Occidente están abierta y activamente traicionando los intereses de los propios pueblos, y que los propios pueblos de Occidente, son demasiado cómodos y despreocupados de su propia muerte, aparentemente están desinteresados en defender sus intereses. ¿O es que los occidentales están groseramente desinformados sobre dónde yacen sus verdaderos intereses?
Por lo tanto, este ensayo tiene tres propósitos básicos. Primero, presentar el fundamentalmente importante concepto de intereses genéticos – que son intereses esenciales – para los pueblos occidentales. Segundo, explicar, sucinta pero precisamente, lo que está en juego: el declive demográfico de todo un pueblo, con la consiguiente devastadora pérdida personal para todos y cada uno de los miembros de ese pueblo. Tercero, alentar a los pueblos occidentales, así informados, a participar en un activismo sociopolítico legal, pacífico, no-violento y racional para perseguir sus intereses genéticos. Lo que significa: asegurar su propia supervivencia.
Lo que se requiere es la práctica de la biopolítica – la fusión de preocupaciones humanas biológicas con acción política e iniciativas de políticas públicas. Los occidentales necesitan dejar de enfocarse exclusivamente en cuestiones secundarias tales como la economía y el crecimiento económico, “asimilación cultural”, oportunidades laborales, financiamiento de pensiones, y una miríada de otras preocupaciones que – si bien son ciertamente importantes y dignas de interés y consideración – palidecen de importancia comparadas con el problema esencial del desplazamiento demográfico.
La supervivencia es lo primero. Todo lo demás es secundario. Los intereses genéticos son lo primero. Otros intereses son secundarios. La biopolítica reordenará las prioridades en el reconocimiento de que el bienestar de los Pueblos de Occidente primero requiere que estos pueblos continúen existiendo. La biopolítica se asegurará de que ellos lo hagan.
Este ensayo está adaptado de un análisis del trabajo del Dr. Salter que fue publicado en Febrero de 2003 en la revista American Renaissance.
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