Right-Wing Critics of American Conservatism de George Hawley

HawleyCover [1]2,556 words

English original here [2]

George Hawley
Right-Wing Critics of American Conservatism [3]
Lawrence, Kansas: University Press of Kansas, 2016

La mayoría de los estudios académicos sobre el Nacionalismo Blanco y la Nueva Derecha no sobresalen de las burlas y difamaciones políticamente correctas. Leen reportes del ADL o SPLC alimentadas a través de un generador de palabras postmodernas de moda. Entonces el gran número de estudios académicos serios y balanceados sobre el Nacionalismo Blanco y la Nueva Derecha son signos de nuestro creciente perfil cultural. Es increíblemente difícil desestimarnos.

Por ejemplo, The Struggle for the World: Liberation Movements for the 21st Century [4] de 2010 por Stanford University Press sobre los movimientos antiglobalización por Charles Lindholm y José Pedro Zúquete contiene un capítulo bastante balanceado y bien informado sobre la Nueva derecha Europea. (Vean la reseña de Michael O’Meara aquí [5]) Además, el tomo escrito por Zúquete y publicado en 2007 por Syracuse University Press,  Missionary Politics in Contemporary Europe [6] contiene capítulos extensivos sobre el Frente Nacional Francés y la Liga Norte Italiana.

El nuevo libro del politólogo George Hawley que aquí reseñamos es otra importante contribución a esta literatura, dedicando un capítulo entero a la Nueva Derecha Europea y otro capítulo al Nacionalismo Blanco. Soy una especie de experto en estos campos, y a mi juicio, la investigación de Hawley es profunda, diestra, y precisa. Su forma de escribir es admirablemente clara, y sus análisis bastante penetrantes.

Naturalmente, lo primero que hice fue ir al índice y buscar mi nombre, y, por supuesto, en la página 265 encontré lo siguiente:

En los años recientes, elementos de la derecha radical en EEUU han exhibido mayor interés en las ideas de derecha de la Europa continental. En 2010, North American New Right fue fundada por Greg Johnson, el ex editor del Occidental Quarterly. Mientras está claramente enfocado en promover el nacionalismo blanco en los EEUU, la Nueva Derecha está fuertemente influenciada por el Tradicionalismo y la Nueva Derecha Europea, y su sitio web ((https://counter-currents.com/ [7]) regularmente incluye traducciones de muchos intelectuales de la Nueva Derecha Europea. El sitio también abraza la idea de metapolítica de la Nueva Derecha, afirmando que el tiempo de participar en políticas más convencionales no será tal hasta que un número crítico de intelectuales han sido persuadidos que sus ideas son moral e intelectualmente correctas.

El trabajo de mis amigos en Arktos en traer estas traducciones de la Nueva Derecha Europea también es mencionada en la página 241.

La definición de Izquierda y Derecha de Hawley provienen de Paul Gottfriend, aunque están de acuerdo con mis propias visiones y aquellas de Jonathan Bowden: la izquierda trata a la igualdad como el valor político máximo. La Derecha no considera la igualdad como el mayor valor político, aunque hay una gran variedad de opiniones sobre que pertenece en ese lugar (pp. 11-12). Los Libertarios, por ejemplo, consideran la libertad individual más importante que la igualdad. Los Nacionalistas Blancos consideran que tanto la libertad como la igualdad tienen algo de valor, pero el progreso y salud racial las sobrepasan.

En el primer capítulo, Hawley argumenta que el conservadurismo moderno de los EEUU fue definido por William F. Buckley y el National Review en los 50’s. El movimiento conservador era una coalición de capitalistas de libre mercado, cristianos, y halcones de la política exterior. Hawley señala que basados en tan sólo ideología, no hay razón necesaria por la cual cualquiera de estos grupos serían de derecha o aliados los unos a los otros. Efectivamente, en el mundo de la pre segunda guerra mundial la gente de la “Vieja Derecha” como Albert Jay Nock y H. L. Mencken tendían a ser anti-intervensionistas, irreligiosos, y económicamente populistas y proteccionistas en lugar de libremercadistas. El National Review era fuertemente filosemita desde el principio y increyentemente anti-racista, mientras que la Derecha Norteamericana de la pre-guerra era fuertemente racialista y antisemita en sus elementos. Lo que unió a la coalición del National Review no era una ideología común sino un enemigo común: el Comunismo.

En el segundo capítulo, Hawley también documenta el rol de los mecanismos sociales como son las purgas en definir el conservadurismo post-segunda guerra mundial. Buckley marcó el patrón primario al purgar Ayn Rand y los Objetivistas (por irreligiosos) y la Sociedad de John Birch (por ser conspiracionista y delirante), yendo más adelante a purgar a los anti-semitas, los limitadores de la inmigración, los anti-intervencionistas, los realistas raciales, etc. El mismo patrón siguió cuando despidieron a los realistas raciales Sam Framcis del The Washington Times y a Jason Richwine del Heritage Foundation. Efectivamente, muchas de las figuras líderes en el movimiento, fueron purgadas del conservadurismo mainstream.

El conservadurismo mainstream abraza la globalización a través del libre comercio, la inmigración, y el intervencionismo militar. Entonces, el autor dedica el capítulo 3, “Pequeño es hermoso”, a las críticas conservadoras de la globalización, con discusiones sobre los agrarios sureños, incluyendo Richard Weaver y Wendell Berry, a los sociólogos comunitarios Robert Nisbet y Cristopher Lasch, y los localistas económicos como Willhelm Röpke y E.F. Schumacher. Pasé buena parte de mis 20’s leyendo este tipo de literatura, como también escritores libertarios y paleoconservadores que Hawley discute en capítulos posteriores. Así, este libro, puede servir como una introducción y una sílaba a mucha de la literatura anglófona que leí antes de llegar a mis perspectivas presentes.

Los agrarios sureños son particularmente interesantes, porque la mayoría de ellos eran de la escuela más radical del conservadurismo de los EEUU, ofreciendo una crítica genuinamente anti-liberal y anti-moderna del americanismo, con muchos paralelos de lo que posteriormente surgió de la Nueva Derecha Europa. Los Agrarios también entendieron la importancia de la metapolítica. Desafortunadamente, ellos eran principalmente un movimiento literario y no tenían efecto alguno en la política. Aunque no soy un sureño, pasé mucho tiempo leyendo a la primera generación de agrarios como Allen Tate, Donald Davidson, y John Crowe Ransom, además de Weaver, Berry, y Marion Montgomery, y su influencia me hizo bastante receptivo a la Nueva Derecha Europea.

Los cristianos forman una parte importante, aunque subalterna del bloque de la coalición conservadora, así que el autor le dedica una breve discusión en el capítulo 4 “Conservadurismo sin Dios”, por ejemplo, intentos de defender de forma no-religiosa el conservadurismo. Los casos seculares de conservadurismo sólo cobraron importancia a medida que declinaba el cristianismo en EEUU. (Hawley trata del neopaganismo y el Tradicionalismo como alternativas del cristianismo en su capítulo sobre la Nueva Derecha Europea).

El capítulo 5, “¿Listo para el Prime Time?” es dedicado al libertarianismo mainstream, incluyendo a Milton Friedman, los hermanos Koch, el instituto Cato, la revista Reason, y el movimiento de Ron Paul, y las organizaciones juveniles libertarias. El capítulo 6, “Enemigos de Estado”, trata con las líneas más radicales de libertarianismo, incluyendo a los anarquistas del siglo XIX como Josiah Warren y Lysander Spooner, la escuela austríaca de economía, Murray Rothbard, Hans-Hermann Hoppe, Lew Rockwell, el Mises Institute, y el Partido Libertario. Nuevamente, el autor ha leído con amplitud y un ojo preciso los esenciales.

Tuve una fase libertaria en mi adolescencia y en mis 20’s, y yo entiendo desde adentro como alguien puede moverse del individualismo libertario al nacionalismo racial. En el 2009, cuando era editor del The Occidental Quaterly, sentí como Ron Paul y el Tea Party eventualmente enviarían a muchos libertarios desilusionados al Nacionalismo Blanco. Entonces, para motivar a que las mejores mentes piense esta conexión y desarrollen argumentos que los puedan ayudar en el proceso de conversión, TOQ apoyó un concurso de ensayos sobre el Libertarianismo y el Nacionalismo Racial [8]. Desde 2012, esta tendencia ha ido incrementando marcadamente. Por lo tanto, recomiendo intensamente leer los capítulos de Hawley a los Nacionalistas Blancos que carecen del trasfondo libertario y desean entender esta increyente situación “post-libertaria” de la Derecha Alternativa.

Capítulo 7, “La nostalgia como plataforma política”, trata del movimiento paleoconservador, cubriendo sus deudas con la Vieja Derecha de pre-guerra, M. E. Bradford, Patrick Buchanan, Thomas Fleming y la revista Chronicles, Sam Francis, Joe Sobran, el movimiento paleo-libertario, y Paul Gottfried.

El paleoconservadurismo es definido en oposición al neoconservadurismo, el movimiento intelectual mayoritariamente judío que tomó gran parte del conservadurismo mainstream en los 80’s, ayudado por William F. Buckley quien con deber purgó a sus oponentes. Debido a que los neoconservadores son mayoritariamente judíos, y muchos fundadores son ex marxistas o liberales de la Guerra Fría, su ascendencia ha significado una subordinación de los cristianos conservadores y los libremercadistas frente al ala halconera e intervencionista del movimiento. Ahora que terminó la Guerra Fría, la preocupación principal de los halcones neoconservadores es engañar a los americanos en pelear las guerras por Israel.

Los paleoconservadores, al contrario, son efectivamente conservadores. ellos defienden la civilización occidental y sus tradiciones morales. Muchos de ellos son cristianos, pero no todos ellos. Rechazan el multiculturalismo y la política de fronteras abiertas. Son populistas-nacionalistas, oponentes de la globalización económica y la construcción política imperial. La mayoría de ellos son realistas sobre las diferencias raciales.

Los paleoconservadores, por lo tanto, son el movimiento más cercano, intelectualmente, al Nacionalismo Blanco. Efectivamente, Sam Francis ahora es una figura fundadora del Nacionalismo Blanco contemporáneo, y tanto Gottfriend como Sobran han hablando en eventos Nacionalistas Blanco. Los Paleo fueron los primeros americanos en pagar atención simpatética sobre la Nueva Derecha Europea. También tiene sentido que Hawley ponga su capítulo sobre el paleoconservadurismo antes de sus capítulos sobre la Nueva Derecha Europea y el Nacionalismo Blanco.

Hawley tiene razón cuando dice que los paleo son básicamente una fuerza gastada. Sus figuras líderes son viejos o están muertos. Además de Patrick Buchanan, el movimiento nunca tuvo acceso a los editores y a los medios mainstream. A diferencia de los conservadores mainstream y las instituciones neoconservadoras, los paleo jamás han tenido grandes donadores y fundaciones de su lado. Más allá de eso, no hay siguiente generación de paleos. En su lugar, su antorcha está siendo llevada hacia adelante por los Nacionalistas Blancos o por la nebulosamente definida “Derecha Alternativa”.

Capítulo 8, “Contra el Capitalismo, cristianismo, y EEUU”, recorre la Nueva Derecha Europea, comenzando por los Revolucionarios Conservadores Oswald Spengler, Ernt Jünger, y Arthur Moeller van den Bruck; el Tradicionalismo de René Guénon y Julius Evola; y finalmente la propiamente Nueva Derecha de Alain de Benoist, Guillaume Faye, y Alexander Dugin.

Capítulo 9, “Las Voces de la Derecha Radical”, cubre el Nacionalismo Blanco en EEUU, con las discusiones sobre la Era Progresiva de los racialistas como Madison Grant y Lothrop Stoddard; realismo racial contemporáneo; el surgimiento y el declive de organizaciones tales como el KKK, el Partido Nazi Americano, Aryan Nation, y la alianza Nación; el mundo del Nacionalismo Blanco online; y el trabajo de Kevin MacDonald sobre la cuestión judía –que nos trae aquí hacia donde empezamos, es decir, la tarea de forjar una Nueva Derecha Norteamericana.

El capítulo 10, concluyente del libro de Howley, con el título de “La Crisis del Conservadurismo”. El neoconservadurismo ha, por supuesto, sido desacreditado mayoritariamente por la debacle en Irak.  Debido a que los Republicanos son de facto un partido de blancos, especialmente blancos cristianos con familias, los cambios más profundos y significativos a la coalición conservadora incluyen el declive del cristianismo, del matrimonio y la familia, y especialmente el crecimiento de la población no blanca, la cual abrumadoramente apoya políticas progresivas. El electorado conservador se está encogiendo, y si continúa declinando, eventualmente será imposible que los republicanos sean elegidos, lo cual significa el fin de las políticas conservadoras.

Hay, sin embargo, una causa más profunda a la crisis del conservadurismo. El declive de la familia y el crecimiento del electorado no-blanco es un resultado predecible de las políticas gubernamentales –políticas que los conservadores no resisten y las cuales no tratarán de retrotraer, en definitiva, porque los conservadores están más comprometidos a los principios liberales clásicos que la preservación de su propio poder político, el cual tan sólo puede ser asegurado mediante medidas “colectivistas”, efectivamente “racistas” para preservar la mayoría blanca. Los conservadores no conservarán nada [9] hasta que superen su compromiso ideológico con el individualismo liberal.

Hawley predice que a medida que el movimiento conservador se quiebra, algunos se irán hacia las ideologías más radicales de la derecha, llevando a una mayor polarización política e inestabilidad. De las ideologías que Hawley revisa, él piens que los localistas, secularistas, libertarios anarquistas, paleos, y Nuevo Derechistas Europeos son el potencial político mayor, en gran medida porque son lo más cercano al existente Partido Republicano. Desaforadamente, el individualismo radical libertario sólo aceleraría el declive de la familia, el cristianismo, y el electorado blanco.

De todos los movimientos que Hawley analiza, sólo el Nacionalismo Blanco puede responder a las causas del declive de la familia blanca y del electorado blanco. Pero Hawley piensa que los Nacionalistas Blancos se enfrentan a un desafío inmenso, aunque a medida que continúe declinando el movimiento conservador eso pueda presentarnos grandes oportunidades:

El nacionalismo blanco explícito es seguramente la ideología más agresivamente marginalizada de las discutidas aquí. Como hemos visto, defender el racismo es quizás la forma más rápida de que un político, crítico, o intelectual público sea considerado un paría social. Siendo ese el caso, hay pocas posibilidades de que un racismo blanco transparente se vuelva la fuerza política mayor en los EEUU en el futuro inmediato. Sin embargo, el hecho de que los anti-racistas en la derecha y en la izquierda son extraordinariamente vigilantes en su esfuerzo a sacar al os racistas del discurso público puede ser considerado evidencia de que creen que tales posturas podrían nuevamente tener un gran número de seguidores, en caso de que los racistas nuevamente puedan entrar al debate político público mainstream. Sean o no sus miedos justificados respecto a esto es imposible de determinar ahora. Lo que debemos recordar es, sin embargo, que la marginalización de la derecha racista en EEUU fue mayoritariamente posible gracias a la cooperación del movimiento conservador mainstream, el cual ha frecuentemente tirado por la ventana a la gente de sus filas por tener posturas racistas abiertamente. Si el movimiento conservador mainstream pierde su estatus como guardián de la derecha, el nacionalismo blanco puede que se encuentre entre los mayores beneficiados, aunque incluso en este caso se encontrarán con serios desafíos. (p. 291).

Right-Wing Critics of American Conservatism es un importante estudio académico, pero tiene un paso de largo significativo. El surgimiento meteórico de Donald Trump ilustra el poder de otra alternativa de Derecha al conservadurismo de los EEUU, es decir, el populismo. El populismo es un movimiento genuinamente de derecha, porque, aunque es crítica de la inequidad política y económica cómo amenazas al cuerpo político, el populismo es nacionalista. No considera a sus ciudadanos y a los extranjeros de igual forma.

También noté pequeños errores. F. A. Hakey es dos veces considerado judío, lo cual es falso, y en la página 40 Howley se refiere a los Ýoung Americans for Liberty cuando en realidad se refiere a los Young Americans for Freedom. Hawley utiliza eufemismos repulsivos “inmigrante indocumentado” y repetidamente utiliza la palabra “vicioso” para describir ideas que él no encuentra agradables, pero más allá de eso, el libro está relativamente libre del jargón tendencioso del liberalismo académico.

Recomiendo ampliamente la lectura de Right-Wing Critics of American Conservatism [3]Hawley es claramente un no-amigo del conservadurismo o de Nacionalismo Blanco. Él es algo mucho más útil: un crítico franco e imparcial. Los conservadores, por supuesto, carecen la de capacidad auto-crítica y de auto-preservación. Así que lo ignorarán, para su perjuicio. Pero los Nacionalistas Blancos lo leerán y se beneficiarán de ello.