Aborto y Nacionalismo Blanco

La Madonna de Port Lligat por Salvador Dalí, 1950, detalle [1]

La Madonna de Port Lligat por Salvador Dalí, 1950, detalle

1,290 words

English original here [2]

Un cáustico debate sobre el aborto [3] se ha largado en los círculos del Nacionalismo Blanco de los EEUU. Hay dos contextos en los cuales los Nacionalistas Blancos deberían discutir el aborto: la realidad política presente y el orden político ideal que deseamos establecer algún día.

El Aborto Hoy

Aunque las estadísticas varían, hoy en los EEUU, alrededor del 50% de los embarazos negros, 25% de los hispánicos, y 14% de los blancos terminan en abortos.

Debido a que entre el 10% hasta el 20% de los bebés nacidos de madres blancas tienen padres no-blancos, podemos asumir que algunas mujeres blancas están aportando bebés no-blancos. Y, debido a que los judíos son contabilizados como blancos, y los judíos seculares tienen una extremadamente baja fertilidad. Es razonable asumir que algunas mujeres blancas que abortan son en realidad judías. Los caucásicos no europeos también son contados como blancos, y presuntamente ellos también deprimen el genuino índice de abortos blancos, incluso más. En términos de porcentajes totales, las mujeres blancas tienen 1/3 de todos los abortos, lo que quiere decir que 2/3 son realizados por mujeres no-blancas.

Patrick Le Brun ha calculado [4] que sin Roe contra Wade, la población negra de los EEUU sería 50% más grande de lo que es ahora. El objetivo del Nacionalismo Blanco es prevenir que nuestra raza sea demográficamente abrumada por no-blancos –hoy al combatir las políticas anti-blancas, y en el futuro a través de la creación de patrias blancas homogéneas. Entonces el aborto es bueno para los blancos en EEUU, porque ha pospuesto, quizás por décadas, la fecha en la cual nos volveremos una minoría en esta democracia.

No apruebo el asesinato en masa como medio de cambiar el balance étnico de una sociedad. Pero en el caso del aborto, la Izquierda ha trabajado fanáticamente para instituir y mantener una forma de asesinato en masa que efectivamente funciona demográficamente a nuestro favor. También trabaja a nuestro favor culturalmente: debido a que los liberales y los anti-natalistas abortan más de sus hijos que los conservadores y los pro-natalistas, el aborto se reduce a la izquierda blanca como también a los bloques votantes no-blancos.

Debido a que los Nacionalistas Blancos de los EEUU tienen un capital político muy limitado, francamente parece loco gastar una iota de esfuerzo en combatir el aborto, el cual está trabajando en nuestro favor demográfico, cuando deberíamos estar trabajando en cortar la inmigración, la cual es nuestra amenaza demográfica primaria. También parece loco gastar más tiempo en debatir este asunto, especialmente debidamente a algunos partes realmente no tienen interés en discutir los méritos del aborto en cualquier contexto sino meramente ventilar sus resentimientos personales y, ellos imaginan, caerle a la lista de donantes de sus rivales.

Por supuesto, si el balance racial de los abortos cambia a nuestra desventaja, apoyaré restricciones al aborto. Y si en los países europeos, donde el aborto blanco es alto, estoy ya hoy contra ellos y a favor de restricciones. El único absoluto político en el contexto presente es la supervivencia racial blanca.

Aborto en el Etnoestado

La posición que sostengo sobre el aborto en una sociedad Nacionalista Blanca es que algunos abortos deberían estar prohibidos, y otros deberían ser mandatorios, pero bajo ninguna circunstancia debería ser simplemente una cuestión de decisión femenina. Soy pro-aborto, no pro-elección. Y soy pro-aborto sólo en circunstancias muy limitadas, lo cual quiere decir que prohibiría casi cualquier aborto que tiene lugar hoy en día.

Desde un punto de vista biológico, la vida comienza en la concepción.  Un huevo fertilizado no es parte del padre o la madre, sino un organismo distinto en su etapa más temprana de su vida. El aborto, por lo tanto, es el asesinato de un ser humano.

Ahora, puede haber buenas razones para matar a algunos humanos. Pero dejar esa decisión solamente a la madre es simplemente barbarismo. Es indecente permitir que los chicos sean asesinados arbitrariamente. Una vez que una mujer queda embarazada, su autonomía corporal se termina. No es más su cuerpo y su vida, sino otra vida, y otro cuerpo el que está creciendo dentro de ella.

Los padres deberían tener tanto que decir en la cuestión del aborto como las madres. Además, los intereses de los niños no nacidos deberían ser representados también, y se les debería dar más peso que la mera conveniencia de los padres. Para obtener un aborto, ambos padres y un defensor del niño no nacido deberían aparecer frente a un juez, quien debería en efecto sentenciar un niño a la muerte bajo ciertas circunstancias.

Hay tres circunstancias frente a las cuales consentiría un aborto.

Primero, en los casos en los cuales el niño no nacido tiene defectos genéticos que le harían imposible tener una vida normal, y entonces sería un peso para sus padres y la sociedad, el aborto debería ser en estos casos una opción. Efectivamente, sería deseable hacer lentamente mandatorios este tipo de abortos. Los padres con el peso de niños defectivos a menudo carecen del tiempo y los recursos para tener niños sanos. Entonces dar a luz niños defectivos en efecto aborta el potencial de niños sanos. Este no es realmente un aborto “eugenésico”, debido a que la gente profundamente defectiva pocas veces llega a reproducirse, y si hubiera algún peligro de que lo hagan, podrían ser esterilizados.

Segundo, en algunos casos en los cuales llevar a cabo todo el embarazo lastimaría severamente o asesinaría a la madre, el aborto debería ser una opción – aunque aplaudiría a la mujer que decide sacrificar su vida por sus hijos.

Tercero, en el caso de mezcla, el aborto debería ser obligatorio. Por supuesto, en una sociedad enteramente blanca, las oportunidades de mestizaje serían eliminadas. Pero si una mujer queda embarazada en una vacación en Jamaica, un aborto debería ser obligatorio si desea regresar a una sociedad blanca.

Aunque restrictivas leyes abortivas son excepciones en los casos de abuso e incesto, no tiene sentido matar a un niño simplemente porque su padre es un criminal o un perverso. La violación y el incesto debería ser castigado en los perpetradores, no en sus hijos. Los hijos no heredan la culpa de sus padres.

El aborto hace referencia al asesinato de un niño no nacido en el vientre de su madre. Pero en una fertilización in vitro, es ahora rutina fertilizar los huevos para que nunca sean implantados. Para propósito eugénicos, puede ser útil fertilizar una docena de huevos, secuenciar sus genomas, y elegir implantar sólo los mejores, y desechar el resto. Pero ninguna sociedad decente puede consistir en tal asesinato casual de seres humanos saludables.

Cada sistema social inevitablemente incorpora incentivos que fomenta que algunas personas se reproduzcan más y otras menos. La única opción es elegir hacia dónde apuntan estos incentivos: eugenesia o disgenesia. Una sociedad Nacionalista Blanca debería cargar con la responsabilidad de la eugenesia. Pero las políticas eugenésicas tienen valor para aquellos que están vivos hoy como también para las generaciones futuras. Esto quiere decir que no deberíamos matar o lastimar a la gente por propósitos eugenésicos. En su lugar, deberíamos dar incentivos positivos para elevar la fertilidad de algunos y reducir la fertilidad de otros.

Pero todo esto es un sueño diurno utópico. Podemos discutir sobre las políticas abortivas ideales cuando hayamos recuperado el control sobre nuestro destino. Francamente, vivir simplemente en una sociedad en la cual todos los argumentos sobre el aborto, los impuestos, y el medio ambiente sean solamente entre gente blanca es una utopía suficiente para mí.

Mientras tanto, necesitamos enfocar nuestros limitados recursos, tiempo y energía en pelear contra la inmigración y otras tendencias que están promoviendo la extinción blanca. Pero en los EEUU, por lo menos, el aborto no es una de ellas.