En Defensa del Prejuicio

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Hace años, un amigo me dijo una parábola sobre una especie de homínido que no vivió para heredar la tierra. Estos homínidos comprendían cada entidad como enteramente única. Cuando un tigre saltaba desde la oscuridad y secuestraba uno de ellos a su muerte, esto no les generó ninguna generalización de los tigres como grupo. Entonces cuando un tigre nuevo aparecía alrededor merodeando en las sombras al borde de la luz del fogón, él no era juzgado en base al comportamiento de los otros tigres. Efectivamente, si el primer tigre regresara no lo juzgarían en base a su comportamiento pasado, porque eso era en aquel entonces, y esto es ahora: dos momentos únicos e individuales en el tiempo.

Pero incluso cuando los tigres no siempre son devoradores de hombres, y los devoradores de hombres no siempre tienen hambre, estas pobres criaturas terminaron extintas, porque sus problemas no estaban limitados a los tigres. No podían aprender de experiencia alguna. Eran demasiado tontos para sobrevivir.

La supervivencia, veras, requiere la habilidad de aprender de experiencias pasadas así uno puede predecir y controlar las del futuro. Para hacer esto, sin embargo, uno debe reconocer que estos no son sólo seres individuales, sino tipos o formas de seres. Los individuos pertenecen al mismo tipo si tienen una naturaleza en común. Y, debido a lo que podemos hacer surge de nuestra naturaleza, podemos inferir que, si un tigre es peligroso una vez, probablemente será peligroso otra vez. Y si un tigre es peligroso, es probable que los otros también lo sean. Así que, si uno es asesinado por un tigre, podemos tomar medidas razonables de precaución para asegurarnos que no pase nuevamente.

Sacar conclusiones sobre los tipos basados en individuos es llamado generalización inductiva. La inducción siempre permite inferir que todos los miembros de un tipo son “así”, basado en la experiencia de miembros individuales. Estas frutas violentas me enfermaron hoy, así que probablemente me enfermen mañana, debido a que su naturaleza y la mía probablemente no cambie de la noche a la mañana. Y debido a que tenemos la misma naturaleza nosotros dos, ellas pueden enfermarte a ti también. Y debido a que las frutas violentas en este árbol son las mismas que en el primero, es probable que nos enferme. La carne de este animal es sabrosa para mí, es probable que también lo sea para ti, debido a que tenemos la misma naturaleza.

Sin embargo, la inducción también enseña que las características naturales tienden a graficar en forma curva de campana, con un número grande de casos típicos en el medio, y pequeños números de casos atípicos en cada final. Las frutas violentas típicas nos enferman, pero en cada árbol habrá algunas que no tengan efectos negativos y las otras son directamente tóxicas. Entonces, la generalización inductiva sostiene “no siempre, pero casi siempre”. En términos de cualquier característica dada, “No todos los X son así”. Pero la mayoría lo son.

El razonamiento inductivo es, por lo tanto, probabilístico. Siempre está la posibilidad que uno no esté lidiando con el típico caso de un tipo. Pero no es probable, debido a que el atípico es por definición raro. Además, a medida que experimentamos más particulares, se vuelve menos probable que estemos lidiando con los caso aparte, y nuestras generalizaciones sobre un tipo se vuelven increyentemente fijas. Llegamos incluso a tener el sentido de que casos aparte son típicos.

Aunque esta no es la manera común de hablar, uno se puede referir al ya bien establecido modo generalizado inductivo como “estereotipo” que viene del griego stereos (στερεός), “fijo” o “firme”, y el griego tipos (τύπος), o “tipo”.

La generalización inductiva no sólo nos permite aprender de la experiencia pasada, la cual sería meramente de interés teorético. La inducción también tiene importantes implicaciones prácticas, debido a que nos permite predecir las experiencias futuras basadas en las basadas, así se nos permite actuar con ventaja, e incluso intervenir en el curso de los eventos y controlar los fenómenos naturales.

Otra palabra para predecir las experiencias futuras es pre-juzgarlas. Otra palabra para el pre-juzgamiento es el prejuicio. Ahora, algunos prejuicios pueden estar enteramente basados en la nada y completamente irracionales –por ejemplo, prejuicios arraigados en malas generalizaciones inductivas, supersticiones, o enfermedades mentales- y actuar en base a ellas puede llevar al desastre. Pero las generalizaciones inductivas bien fundamentadas (estereotipos) son la base de los prejuicios bien fundados que pueden ser altamente ventajosos –por ejemplo, ayudar a discriminar entre estirpes violentas y estirpes gentiles, hongos venenosos y hongos comestibles, etc.

La inducción, al darnos la habilidad de predecir eventos futuros, es también el fundamento de la razón práctica, la cual es el principal medio de supervivencia humano. La inducción también es la base de la ciencia y la tecnología, la cual nos permite entender en mayor profundidad la naturaleza y entonces nos permite predecirla y controlarla mejor. La inducción es entonces el fundamento de la presente y continua conquista de la naturaleza que llamamos modernización y progreso.

Estereotipos y prejuicios bien fundados pueden ser triunfos del razonamiento inductivo y los fundamentos del sentido común, la ciencia, la tecnología, y el progreso. Pero hoy en día, cuando se trata de juzgar a seres humanos, se nos dice que los estereotipos y prejuicios son malvados y que cada individuo debería ser juzgado en base a su comportamiento individual, y no sobre la base de los comportamientos pasados de los de su tipo. Se nos dice que es una injusticia juzgar a los individuos en base a la pertenencia de grupo.

Esta perspectiva es una especie de perversión del individualismo. Yo mismo defiendo una especie de individualismo aristotélico. Sostengo que el propósito de la vida es la actualización de nuestras potencialidades individuales por excelencia. En términos políticos, una sociedad bien ordenada debería promover la auto-actualización individual y la excelencia, siempre y en tanto que no socave el bien común de la sociedad.

Sin embargo, rechazo el individualismo perverso, que no tiene nada que ver con la auto-actualización individual. Efectivamente, es básicamente una suma al imperativo moral de ser estúpido, debido a que es un ataque a la generalización inductiva en sí misma, la cual es el fundamento de la razón práctica, la ciencia, la tecnología, y el mundo moderno. El individualismo perverso demanda de que nos comportemos como los homínidos hipotéticamente discutidos previamente, los cuales simplemente eran demasiado estúpidos para sobrevivir.

El falso individualismo es en realidad una forma aplicada de nominalismo, la cual es la teoría de que no hay tipos naturales en el mundo, sólo individuos, y que todos los conceptos son meramente una forma de convención social o “construcción”. [3] De acuerdo al falso individualismo, la justicia requiere que ignoremos todos los grupos –excepto, de alguna forma, la “humanidad” – y juzgar a cada individuo como individuo, sin preconcepción alguna basada en su pertenencia a cualquiera meramente construida categoría, como puede ser la raza. El nominalismo, sin embargo, es metafísicamente falso. Hay tipos naturales reales. Miembros individuales de estos tipos comparten características naturales que nos permiten predecir probabilísticamente su accionar en base a lo que sabemos de su tipo.

Un individualista podría, sin embargo, replicar que incluso siendo metafísicamente falso el nominalismo y que existieran tipos naturales, deberíamos aún dejar de lado nuestros bien fundados estereotipos y prejuicios y juzgar a todos y cada uno de los seres humanos como individuos. En efecto, debemos tratar a cada individuo como un potencial caso fuera de lo común, incluso cuando la mayoría no lo son. ¿Por qué? Aparentemente, porque cada individuo tiene valor infinito. Y debemos actuar como si el nominalismo fuera verdad, porque de otra forma existe la pequeña posibilidad de que seamos injustos con un extraño.

Esta posición es moralismo absurdo, debido a que no puede ser practicado. Hay siete billones de personas en este planeta. Es imposible tratar a todos y cada uno de ellos como un copo de nieve especial, y si uno lo tratara, incluso con el limitado grupo de personas que encontramos en nuestra vida individual, consumiría todo nuestro tiempo y haría imposible que busquemos nuestros objetivos personales, por ejemplo, vivir. Debido a que el propósito de la vida es la auto-actualización, y el tiempo que tenemos es corto, no podemos llegar a conocer a todos y cada uno con los que tenemos que lidiar.

Una de las formas con las cuales la civilización avanza es al darnos medios para lidiar con grandes números de personas que nunca podremos conocer como individuos. La economía de mercado, por ejemplo, les permite a los individuos interactuar con millones de otros alrededor del mundo a través de un gran medio simbólico anónimo que, al menos en teoría, le permite a los participantes perseguir si auto-actualización individual.

Los psicólogos han observado que la mente humana no puede lidiar con más de 150 interacciones personales directas, lo que significa que, si podemos lidiar con personas tan sólo como individuos, la civilización regresaría a la complejidad del grupo cazador-recolector o a ser villas agricultoras.

Los prejuicios y estereotipos bien fundados, hacen posible sociedades altamente complejas al permitirnos concebir individuos a primera vista y elegir aceptarlos o evitarlos. Debido a que los tipos naturales son limitados en número, podemos crear tipos artificiales con distinciones visibles –acentos, estilos de ropa, incluso uniformes- que nos permite trazar un curso a través de situaciones sociales complejas a primera vista. Por ejemplo, un hombre negro vestido en ropa de ghetto, significa peligro, mientras que un hombre vestido en un uniforme policíaco señala confianza.

Además, si estereotipar está mal, ¿Por qué la gente recorre largos caminos para estereotipar por si mismos? Todos queremos encontrar gente que piense como uno, y vestirse de cierta forma es una forma de comunicar la pertenencia de grupo, por ejemplo, hípster, cheto, metalero, redneck, hombre de negocios, mujer de carrera, puta, proletario, clon gay, matón negro, etc. Los negros se toman un gran trabajo y costo para vestirse como matones, en orden de comunicar que son peligrosos, o que aspiran a serlo. ¿Por qué los liberales blancos piensan que es irrespetuoso tomar su señalización seriamente?

La idea de que siempre debemos tratar a los otros tan sólo como individuos también socava uno de los mayores regalos de la modernidad: la privacidad. Es de moda quejarse de la naturaleza mediada e impersonal de la modernidad, pero en pequeña escala, una sociedad más personal, es una en la cual todos saben todo de los demás. Entonces puede ser liberador vivir en una sociedad en la cual la mayoría de las personas sólo te conoce por la persona que proyectas y el dinero que gastas. Hace años, un estudiante mío me dijo que ella creció en Georgia rodeada de bautistas fisgones y censuradores. Ella me dijo que apenas podía esperar mudarse a Atlanta. Nunca me olvidaré la razón: “para poder pecar”.

¿Bajo qué condiciones queremos ser juzgados como copos de nieve especiales? Todos queremos un trato justo cuando estamos aplicando para un trabajo o estamos en juicio por nuestras vidas. Pero incluso allí, las chances están a favor de que tratemos de ocultar tanto como revelamos. Además, sabemos que los empleadores a menudo buscan sólo los criterios más superficiales simplemente porque carecen de tiempo para juzgar en profundidad. Pero tenemos la esperanza que al menos tengamos justicia del sistema judicial. Más allá de eso, cuando nada realmente crucial está en juego, estamos contentos de navegar la vida con prejuicios y estereotipos, por ejemplo, jugarse las chances con los otros y esperar que los otros hagan lo mismo con uno.

Debido a que nadie puede juzgar a todas y cada una de las personas como individuos todo el tiempo, salta a la razón que sólo la gente utiliza este imperativo para usarlo como arma contra otros. Los universalistas tanto de la izquierda como de la derecha típicamente lo utiliza contra cualquier forma de racismo, nacionalismo, tribalismo, o antipatía a varios grupos religiosos o categorías de desviados sexuales. Por supuesto, si picas a estos universalistas tan solo un poco, te encontrarás que algunos de ellos tienen unos estereotipos pobremente formados y emocionalmente cargados y muchos prejuicios sobre sus oponentes.

“No todos los X son así”, dicen los universalistas, implicando que es un pecado mortal no apreciar la condición única de cada copo de nieve especial. Y debido a que la pertenencia de grupo nunca puede ser una base para excluir a alguien de nuestra sociedad, entonces no puede haber sociedades racialmente y étnicamente homogéneas, y no podemos sostener cualquier norma de comportamiento social y sexual. Entonces el individualismo perverso es tan sólo una herramienta para hacernos incapaces de resistir la disposición étnica y la decadencia social. ¿Qué tipo de gente promueve (pero no práctica) la “ceguera” a la raza, la etnia, la religión, y la identidad sexual como imperativo moral? Obviamente la gente que no está con buenos planes.

Si propones discriminación contra los pedófilos, se te dirá que no todos son abusadores sexuales, y que no puedes hacer nada contra ellos hasta que hayan sido atrapados. Si propones discriminación contra los negros o mestizos por su tendencia al crimen, se te dice que no todos son así, y que no podemos hacer nada contra ellos hasta que hayan cometido un crimen. Si propones discriminación contra los musulmanes en base a que su religión comanda mentiras, violación, terrorismo, asesinato, y esclavitud, no podemos hacer nada hasta que ellos hayan cometido un crimen. Si propones discriminación contra los judíos porque son una élite hostil trabajando para corromper nuestra política y nuestra cultura y destruir a nuestra raza al promover culpa blanca, mestizaje, y reemplazo racial con la inmigración, se te dice que no todos son así, y sería colectivismo tratarlos simplemente como un grupo enemigo. Tenemos que tratar a todos los miembros de grupos problemáticos como si fueran inocentes, hasta que se pruebe lo contrario. Es inmoral tratar de separarnos enteramente de los grupos problemáticos. En su lugar, tenemos que darles una chance, lo cual se reduce a una chance a lastimarnos. Eso significa que no hay límites y no hay estándares.

Estos individualistas perversos incluso pueden tratar de argumentar que los soldados de un ejército invasor no todos tienen la intención de matarlos, así que sería injusto matarlos porque llevan armas contra nosotros. Pero en ese punto, veremos quienes son realmente y los pondremos contra el paredón. Por supuesto, para ese momento puede que sea demasiado tarde.

Soy nacionalista porque creo que la diversidad étnica, racial y religiosa dentro del mismo sistema político no es una fortaleza sino una debilidad. Que es una fuente constante de tensión que frecuentemente explota en odio y violencia. Entonces la mejor forma de garantizar la paz y la harmonía es crear patrias separadas para todos los pueblos. Una sociedad saludable también requiere normas de sexualidad, matrimonio, y crianza. Entonces una sociedad tiene que practicar discriminación. Tenemos que discriminar entre quien es uno de nosotros y quien no lo es. Y dentro de nuestro grupo, tenemos que discriminar entre normales y subnormales, óptimos e ineptos, seguidores de la ley y criminales.

Podemos reconocer libremente que hay buenos negros, musulmanes y judíos. Simplemente no son los suficientes para nuestro gusto. Pero incluso si estos grupos fueran iguales o superiores a nosotros –y están obligados a ser superiores en algunas formas- al final ellos simplemente no son nosotros, y deseamos crear sociedades para nosotros y para nuestra prosperidad. No estamos creando un equipo para un evento deportivo o un concurso de pronunciación al reclutar personas excepcionales fuera de lo común de una amplia variedad de grupos diferentes. Buscamos crear comunidades homogéneas con un rango amplio de especímenes promedio y fuera de lo común, es decir, comunidades orgánicas blancas, las cuales son una sola sangre y una sola cultura pero diverso en habilidades, opiniones, e intereses, así toda nuestra gente tiene lugares que puede llamar hogar.