The Tipping Point (Spanish Translation)

Gladwell [1]1,277 words

English original here [2]

Malcolm Gladwell
The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference [3]
New York: Little, Brown, 2000

El hijo de un padre inglés y una madre jamaiquina, Malcom Gladwell es el autor de cinco libros e incontables artículos, la mayoría de ellos publicados en el The New Yorker, dónde él es redactor. The Tipping Point es un una mezcla altamente leíble de psicología popular, epidemiologia, y casos históricos del mundo de los negocios. Pongo a este libro en la lista de lectura de los Nacionalistas Blancos que son serios en el objetivo de crear una revolución. Puesto que aunque nuestro movimiento al día de hoy es muy pequeño, Gladwell explica como las pequeñas cosas –incluyendo a individuos solitarios, a menudo desconocidos- pueden hacer una gran diferencia.

El viejo y cansado argumento del enemigo es que los Nacionalistas Blancos siempre están “escupiendo” lo que ellos llaman ideas “virulentas” o simplemente “odio”. La “virulencia”, por supuesto, se refiere a la propagación de una enfermedad. Esto, sin embargo, es más que un insulto. Pueden compararnos con ratas y a nuestras ideas como plaga. Pero como una plaga, las ideas poco atractivas pueden alcanzar un “tipping point”[1] y de repente volverse “virales”, esparciéndose geométricamente y barriendo a través de grandes poblaciones. Y eso es lo que el enemigo teme. Así que vamos a darle algo para temer. Transformemos a nuestras ideas en genuinamente virulentas, así podemos curar al mundo.

Los cambios virales que Gladwell discute tienen tres características principales. En primer lugar, ellas son contagiosas. Se transmiten de persona en persona. No son irradiadas de un punto central a recipientes aislados, como una transmisión de televisión. En segundo lugar, pequeños cambios a menudos tienen efectos enormes al ser multiplicados o amplificados geométricamente en lugar de aritméticamente. Finalmente, una vez que estos procesos se encuentran en marcha, los cambios generalizados pueden ocurrir muy rápidamente.

La distinción entre cambios aritméticos y geométricos es crucial. Imaginen que toman el voto de convertir una persona en Nacionalista Blanco cada año. No es un objetivo difícil de imaginar. Al final del año habrá dos de ustedes. Al final del segundo año habrá tres. Después de diez años habrá once de ustedes. Esta es una progresión aritmética, y es un proceso lento. A esa velocidad, necesitaríamos un millón de años para convertir a un millón de personas al Nacionalismo Blanco.

Ahora imaginen que, además de convertir una persona por año, las convences de la idea de convertir una persona por año, y cada nuevo converso hace lo mismo. Así que no estás comunicando meramente el Nacionalismo Blanco, sino el Nacionalismo Blanco con un efecto multiplicador, Nacionalismo Blanco con la misión agregada de convertir a otros. Al final del primer año, habrá dos de ustedes, igual que antes. Pero al final del segundo año, habrá cuatro. Al final del tercer año, habrá ocho. La progresión es así.

Año 1: 2 Nacionalistas Blancos
Año 2: 4
Año 3: 8
Año 4: 16
Año 5: 32
Año 6: 64
Año 7: 128
Año 8: 256
Año 9: 512
Año 10: 1024

Recuerden, luego de 10 años de crecimiento aritmético, habrá sólo 11 de ustedes, mientras que luego de 10 años de crecimiento geométrico, habrá 1024. Ya he sido Nacionalista Blanco durante 15 años. Y si hubiera empezado este proceso de conversión hace 15 años, habría un total de 32,768 de nosotros, y nada de eso hubiera pasado a menos que hubiera realizado el esfuerzo individual para comenzar el proceso.

¿Cuánto tardaría con este proceso en llegar al millón? Tan sólo cinco años más. Después de 20 años de crecimiento geométrico, el número sería 1.048.576, un número que no podríamos alcanzar en un millón de años de crecimiento aritmético. Cinco años luego de eso, y habríamos llegado a los 33 millones de conversos. Y luego de cinco años de eso, habríamos pasado la marca de un billón.

Y tengan en cuenta que este proceso presupone que sólo lo hagamos con una persona por año. Al final de 20 años, habría individualmente convertido otras 20 personas. Ahora, apostaría que este es un objetivo que hasta el más introvertido y mudo de nosotros puede imaginar alcanzar. Cada uno de nosotros ya conoce 20 candidatos a quienes podríamos llegar a convertir si hubiéramos tenido un año entero para cada uno.

Así que imaginen los cambios que podrían acontecer mediante un individuo realmente carismático con argumentos particularmente persuasivos desde nuestra posición y los medios disponibles para entregar ese mensaje. Tal persona podría convertir cientos o miles o decenas de miles de personas por año, e impartir la misma misión a sus conversos. Tal persona podría enderezar al mundo.

El potencial transformativo de los individuales esfuerzos moderados al ser geométricamente compuestos son asombros. Pero pone al movimiento existente en quizás una luz injusta y poco halagadora. Por ejemplo, en los 8 años que me he enfocado al activismo, ¿he convertido a 256 personas? Quizás lo he hecho, pero no tengo una forma de realmente saberlo. Lo que sé con seguridad es que mis colegas superiores, que pueden jactarse de 20 años de activismo no han convertido más de un millón. Aquellos que han estado 25 años no han convertido más de 33 millones. Y aquellos que se pueden jactar de 30 años de activismo se quedan cortos del a marca del billón que la simple progresión geométrica trae. Y recuerdo, cualquiera de estos veteranos lo único que tendrían que haber hecho para llegar al billón de personas es convertir a 30 personas en 30 años, y lograr que cada una haga lo mismo.

Así que concluimos que el movimiento Nacionalista Blanco no ha encontrado a la gente adecuada, no ha formulado el mensaje correcto, y creado los medios correctos para propagarlos. No aún. Pero lo estamos intentando. Y Gladwell puede ayudar.

En el capítulo 1, ‘The Three Rules of Epidemics”[2], Gladwell ofrece tres principios de propagación viral. Primero, está la Ley de los Pocos. Los economistas hablan del principio 80/20, el cual sostiene que en cualquier situación, meramente el 80% del efecto será causado por el 20% de los individuos involucrados. “En la mayoría de las sociedades, el 20% de los criminales comete el 80% de los crímenes. El 20% de los conductores causa el 80% de los accidentes. El 20% de los bebedores de cerveza beben el 80% de toda la cerveza. Cuando se trata de epidemias, esta desproporcionalidad se vuelve aún más extrema: un porcentaje minoritario de personas hacen la mayoría del trabajo” (p. 19).

Segundo, está el Factor de Pegajosidad. En las epidemias, un virus se esparce más entre más se mantenga en el sistema del anfitrión. Un virus que es fácil de curar, o que es inmediatamente fatal, se esparcirá menos que uno que es difícil de curar pero no mata a su anfitrión inmediatamente. De la misma forma, las ideas que se pegan más en la cabeza de uno son las que con mayor probabilidad pasaran por sobre las fácilmente olvidables.

Finalmente, está la importancia del Contexto, el cual puede afectar la difusión de la enfermedad o una idea de formas no anticipadas.

Encontré al capítulo 2, “The Law of the Few”[3], la parte más excitante del libro. Aquí Gladwell discute tres tipos de individuos que son altamente influyentes para difundir ideas: Conectores, Expertos, y Vendedores. Todos estos individuos están involucrados en las interacciones persona a persona, que es como las ideas contagiosas se expanden. Nuevamente, no estamos hablando de ideas siendo difundidas para individuos separados desde un núcleo común, que es como el sistema controla nuestras mentes, sino interacciones interpersonales, las cuales pueden a la larga tomar el control. Este capítulo merece un estudio cuidadoso, porque la comunicación de las ideas es nuestro negocio. Gladwell sostiene un espejo, en el cual podemos ver nuestras fortalezas y debilidades.

En entregas subsecuentes sobre Gladwell, discutiré sus análisis sobre los Conectores, Expertos, y Vendedores, como también los factores contextuales que pueden ser útiles para los Nacionalistas Blancos.

Notas

1. Momento crítico.

2. Las Tres Reglas de las Epidemias

3. La Ley de los Pocos