Reformulando la cuestión judía

Reframing [1]951 words

English original here [2]

Cuando me interesé por primera vez en el Nacionalismo Blanco, me di cuenta que el principio básico del etnonacionalismo siempre fue enmarcado como distinto de la cuestión judía. El etnonacionalismo es la idea de que la diversidad étnica y racial dentro del mismo sistema político son fuentes de conflicto, y que la paz y la harmonía se sirven mejor al establecer tierras soberanas y homogéneas para todos los pueblos.

La cuestión judía, sin embargo, es supuestamente algo separado del etnonacionalismo básico. Incluye tales temas como el rol de los judíos en promover el comunismo, el Sionismo, y la  decadencia de los blancos, e incluso preguntas sobre el holocausto. Algunos nacionalistas persiguen estas preguntas, pero otros eligen abstenerse, simplemente al llevar adelante el etnonacionalismo pero sin tocar la “C.J”.

Quiero sugerir que está formulación de la cuestión judía es enteramente errónea. La cuestión judía no es algo distinto del etnonacionalismo. No es algo separado, de orden superior, un juego enteramente opcional de cuestiones en las cuales los etnonacionalismos pueden rechazar por sí mismos. Al contrario, la cuestión judía es simple, la aplicación directa del principio básico del etnonacionalismo.

Si el etnonacionalismo invoca al reemplazo de las sociedades multiculturales por monoculturales, entonces los judíos, como pueblo distinto, pertenecen a su propia tierra y no desperdigados entre las naciones. Así si Inglaterra fuera a ser Inglesa, Suecia sueca, Irlanda irlandesa, las poblaciones extranjeras necesitan ser repatriadas a sus propios lugares de pertenencia, los judíos incluidos. Esta es la respuesta etnonacionalista a la cuestión judía.

Esto está completamente de acuerdo con el sentido histórico original de la cuestión judía, la cual es la cuestión de cómo los judíos, siendo una nación distintiva, pueden recibir ciudadanía e igualdad legal dentro de otras naciones. Nuestra respuesta es: no deberían. Ellos pertenecen a su propia nación-estado. La cuestión judía es enteramente una cuestión sobre la relación entre etnicidad y estados-nación.

La cuestión judía es anterior a tales fenómenos como el comunismo, el sionismo, y el holocausto, así que ciertamente no tiene una conexión necesaria con ellos. Tampoco está la cuestión judía necesariamente conectada con el rol de los judíos en promover la decadencia cultural y demográfica blanca. Los judíos pueden ser tan venenosos como serpientes o inocentes como corderos, pero aún habría una cuestión judía simplemente porque son un pueblo distinto esparcido entre las otras naciones.

En tanto les concierne a los Nacionalistas Blancos, la cuestión judía es exactamente análoga a la cuestión mexicana, gitana o negra. Así la cuestión judía es el entendimiento básico del etnonacionalismo, no un selectivo y oculto elevado nivel.

Este acercamiento a la cuestión judía cambia el peso de la prueba. No es más correspondiente al “anti-semita” el discutir que los etnonacionalistas necesitan prestar atención al a cuestión judía. Uno no necesita argumentar que los judíos son un pueblo “especial” una vez que uno observa que son simplemente un pueblo diferente, y, por lo tanto, pertenecen a su propia patria, no entre nosotros.

En su lugar, es correspondiente a aquellos etnonacionalistas que se abstienen de la “C.J”, explicar porque los judíos, a diferencia de otros pueblos extranjeros, tienen el derecho a vivir entre nosotros con ciudadanía plena – porque esto es, en efecto, lo que los nacionalistas que desean evitar la cuestión judía están argumentando.  Cuando Jared Taylor dice que los judíos “para mí son blancos”, él está diciendo que ellos son “nosotros”, no una nación distinta. Por supuesto, afirmar que los judíos son “nuestros” es inconsistente con la política de American Renaissance en elogiar a Israel como una nación que protege sus fronteras y toma su propio bando en los conflictos étnicos. Ya que si los judíos son un pueblo blanco genérico, ¿Qué justificación posible tienen para crear un etnoestado en tierra Palestina? Y si los judíos son un pueblo distinto, ellos pertenecen en su propia tierra, no entre las naciones.

Por supuesto, es fácil para Taylor implicar que los judíos son “nuestros” en la olla mixta de EEUU. Sería más difícil decir que los judíos “parecen franceses” o “parecen suecos”, porque no lo parecen, y porque las identidades étnicas francesas o suecas no son una cuestión de blancura genérica. Es más, más allá de los altos niveles de matrimonios mixtos, el núcleo de la comunidad judía de los EEUU se ha mantenido alejada de la olla de mezcla y se identifica fuertemente con el estado de Israel. Y finalmente, los judíos no son genéricamente blancos desde un principio. El núcleo racial de su población es no-europea, aunque algunos judíos han recogido muchos genes europeos en sus vagabundeos.

La cuestión judía no es distinta del etnonacionalismo. Es etnonacionalismo aplicado a los judíos. Así que ningún etnonacionalista tiene derecho a abstenerse de ello. Una vez que reconozca que los judíos son un pueblo diferente, la solución etnonacionalista a la cuestión judía es el nacionalismo judío, esto es, el Sionismo.

Por supuesto muchos Nacionalistas Blancos tienen mucho más que decir sobre los judíos que simplemente observar que son un pueblo diferente. He argumentado que el destino del Nacionalismo Blanco no depende de una u otra forma del resultado de debates históricos sobre el holocausto. Pero si creo que los judíos no son sólo diferentes de los blancos, sino también enemigos poderosos y malevolentes que conllevan una significante responsabilidad en causar el declive blanco y en oponerse al renacimiento blanco.

Algunos Nacionalistas Blancos no quieren oírlo. Pero incluso siendo así, como he argumentado aquí, ellos aún tienen que enfrentarse con la cuestión judía. Porque los judíos no son nada más y nada menos que un pueblo distintivo, entonces los etnonacionalistas deben llegar al a conclusión que los judíos pertenecen en su propia patria, no en la nuestra. Es tan simple como eso.