Libertad, Determinismo, & Destino

Isis as Agathe Tyche and Osiris as Agathos Daimon in serpent form [1]

Isis como Agathe Tyche y Osiris como Agathos Daimon en forma de serpiente

1,382 words

English original here [2]

Tener libre albedrio significa tener verdaderas opciones de las cuales elegir. No importa que opción uno pueda elegir, uno pudo haber elegido de forma diferente. El determino significa que no tenemos dos opciones reales. Cuando uno elegí, uno no podría haber elegido de forma diferente.

Incluso si uno tiene libre albedrio, no todas las decisiones son libres. Si elegimos meramente en base a los sentimientos y los impulsos, ¿es eso realmente libertad, si tales motivos son mayoritariamente determinados por factores sociales? Cuando determinamos nuestras acciones por la razón, ¿somos auto-determinantes, a saber, seres libres? Por supuesto, si nuestras cabezas están llenas de sin sentido, elegir basándonos en nuestros instintos biológicos puede estar mejor alineado con la realidad. ¿Es nuestra razón o nuestro genoma lo que es mayoritariamente “lo nuestro”?

El debate entre libertad y determinismo no es meramente académico. Es un debate sobre nuestra naturaleza, sobre nuestra auto-imagen. Y nuestra auto-imagen tiene efectos profundos sobre nuestras emociones, nuestras acciones, nuestras vidas enteras. Desde un punto de vista pragmático, creer en libre albedrio es, en conjunto, profundamente saludable y afirmador de vida; mientras que creer en el determinismo es, en conjunto, profundamente debilitante.

La gente que cree en el libre albedrio creerá que tiene verdaderas opciones. Esto los lleva a estar alerta de las opciones a su alrededor. Porque ellos creen que realmente pueden elegir, y se encuentran activamente y cuidadosamente considerando sus opciones entonces tienden a tomar decisiones sabias. Debido a que creen que sus acciones pueden hacer una diferencia en el mundo, ellos son activos y eficaces. Porque son activos y eficaces, ellos tienden a realizarse a sí mismos y a sus planes y tener altos niveles de confianza y autoestima.

Hay un “aspecto negativo” de creer en el libre albedrio.  El libre albedrio significa responsabilidad. Cuando uno actúa correctamente, la responsabilidad moral le da a uno orgullo. Pero cuando uno actúa erróneamente, la responsabilidad moral condena hacia la vergüenza y la culpa. Pero por más dolorosos que sean estos sentimientos, ¿alguien estaría dispuesto a dar su capacidad de sentir orgullo en orden de perder su capacidad de sentir culpa?

Los aspectos negativos del determinismo son predecibles. Los deterministas creen que no tienen opciones reales, así que no las buscan. No creen que sus pensamientos hagan la diferencia, así que piensan de forma menos activa y poco cuidadosa. Ellos no creen que sus elecciones y actos hagan la diferencia, así que tienden a ser pasivos. Ellos sienten que la autorrealización y sus objetivos no dependen de ellos, así que infrecuentemente logran alguno.

Los deterministas generalmente tienen un sentido de responsabilidad moral. Los deterministas sienten orgullo cuando hacen la cosa correcta. Nunca conocí un determinista que desconozca sus logros positivos y los atribuya a factores externos. La razón obvia es que el orgullo es una forma de placer.

Generalmente los deterministas solo desconocen sus malos actos. Se sienten avergonzados y culpables cuando eligen de forma errónea. Pero progresivamente adormecen estos sentimientos al excusarse. Una vez que sus sensibilidades morales han sido lo suficientemente adormecidas, tienden a elegir de forma errónea a menudo, particularmente si sos malas decisiones son premiadas con placer físico.

Nathaniel branden ha argumentado que la autoestima tiene dos raíces: un sentido de eficacia y un sentido de valor moral. Creer en el libre albedrio cultiva ambas raíces; creer en el determinismo las ataca.

Creer en alguna forma de determinismo, sin embargo, puede ser profundamente afirmador-de-vida. Estoy pensando, específicamente, de la idea de destino. Si crees que estas destinado a sufrir una derrota, entonces tu primer contratiempo tiende a ser el último. Simplemente te acostas y dejas que el cosmos te pase por encima.

Si, sin embargo, crees que estás destinado para lograr la grandeza, entonces cada contratiempo es visto como meramente temporario; nunca encontrás un obstáculo que sea insuperable; te tiras a cada aventura, pensando que todo el peso del universo está de tu lado.

Naturalmente, tales personas tienden a estar inmensamente alerta a las oportunidades y activos y con confianza en buscarlas, y tales cualidades tienden a producir éxitos. Algunos de los héroes y villanos más grandes de la historia creían que estaban destinados a lograr la grandeza: Alejandro, Cesar, Washington, Napoleón, Lenin, Hitler, de Gaulle.

Un sentido de destino es, por supuesto, esencialmente narcisista o un supersticioso delirio de grandeza. No se basa ni en es corregible por la realidad. Pero el hecho de que es un delirio no los detrae  sino que los mejora es efecto práctico.

Otro sentido de destino afirmador-de-vida es la noción de que la duración de la vida de uno es determinada antes de nacimiento, y que no hay nada que uno pueda hacer para reducirlo o extenderlo. Tal creencia promueve un comportamiento noble entre las dificultades de la vida, particularmente en batalla. Si la vida de uno no puede ser prologada por la cobardía y cálculos insignificantes, entonces uno más bien elegiría ser valiente y magnánimo. Si el tiempo de uno se acaba, entonces al menos uno muere con dignidad.

Este concepto de destino no es, sin embargo, una forma pura de determinismo, porque presupone que el coraje y la cobardía, la nobleza y la mezquindad son opciones reales. La duración de la vida de uno no está, por supuesto, predestinada- pero aquellos que creen que si lo está y eligen la valentía se encuentran probablemente más cerca de conducir vidas más felices y longevas que aquellos que eligen la cobardía.

Aunque la duración particular de nuestras vidas no está predeterminada, estamos destinados a envejecer y morir. Nuestra única opción en este asunto es hacerlo con dignidad o ser arrastrado pateando y gritando. El hombre sabio abraza su destino y maneja el carruaje. El hombre tonto tiene que ser arrastrado encadenado en la parte de atrás.

Otro sentido de destino que es profundamente afirmador-de-vida es la equiparación de Heráclito del carácter (ethos) con el destino (el daimon de uno). La palabra griega “daimon” se refiere a un ser casi divino, como un ángel. Todo ser humano tiene un daimon asignado al nacer. Esta es nuestra deidad tutelar, nuestro ángel guardián. El decir que nuestro daimon es nuestro carácter no quiere decir que sea nuestro carácter presente. En su lugar, es nuestro carácter ideal: el yo como puede y debe ser.

Decir que nuestro daimon es nuestro destino quiere decir que la vida es y debe ser un proceso de realización, de auto-actualización, de descubrimiento y vida en armonía con nuestras verdaderas naturalezas. El identificar el daimon con el destino no es una negación completa de la libertad de elección. En su lugar, nos presenta con una elección fundamental. Podemos abrazar nuestro destino, descubrir y cultivar nuestro carácter, volvernos lo que somos. O podemos denegar, ignorar, y reprimir nuestro daimon. Tenemos que elegir ser verdaderos y leales a nosotros mismos –o ser falsos y desleales a nosotros mismos. Lo opuesto a la auto-actualización es el autoengaño.

Si cada uno de nosotros sigue su daimon, si cada uno abraza y cultiva su carácter. El resultado es lo que los griegos llamaron “eudaimonia” –felicidad o bienestar. Si nos traicionamos a nosotros mismos, sin embargo, nuestro ángel guardián se vuelve una furia vengativa, persiguiéndonos en nuestros sueños y a través de sensaciones de alienación, ansiedad, y ausencia de propósito y sentido.

La fuente principal del autoengaño es la aceptación de falsas auto-interpretaciones, generalmente impuestas sobre nosotros por nuestros padres y pareja.

Otra fuente de autoengaño es la idea nietzscheana de “auto-creación”, una doctrina engañosamente similar a la auto-actualización. La auto-actualización presupone que hay un potencial determinado a ser actualizado. La auto-creación presupone que no hay ningún potencial determinado a ser actualizado. Entonces somos radicalmente libres de volvernos lo que deseemos ser. La auto-creación generalmente se reduce a un ejercicio narcisista de proyectar una imagen a los otros, lo que quiere decir conformarse a las expectativas externas, ya sea al satisfacerlas o frustrarlas. Esta es una tontería inofensiva si uno tiene suerte y elige de acuerdo con la naturaleza de uno. Más a menudo que no, sin embargo, es una fuente de auto-traición radical, porque enseña que realmente no hay un sí mismo a traicionar. La libertad ilimitada por lo tanto resulta ser tan debilitante como el determinismo ilimitado.