Por qué la raza no es una “Construcción Social”

Leonardo da Vinci,Study of a skull, between 1510 and 1511 [1]

Leonardo da Vinci, Estudio de un Cráneo, entre 1510 y 1511

3,412 words

Traducción por A. Garrido. Enlace original aquí [2]

El realismo racial es uno de los fundamentos intelectuales del Nacionalismo Blanco. El realismo racial es la tesis de que las diferencias raciales son hechos objetivos de la naturaleza, que pre-existen a la conciencia humana, a la sociedad humana, e incluso a la raza humana misma – ya que hubo diferentes especies y subespecies antes de que la humanidad emergiese.

La Naturaleza debe ser entendida en contraste a las convenciones – como los lenguajes humanos y las leyes – que no existen independientes de la conciencia humana y la sociedad.

Como hechos objetivos de la naturaleza, las diferencias raciales no pueden ser ignoradas sin peligro. Ni pueden las diferencias raciales ser transformadas simplemente alterando convenciones legales o lingüísticas. Las convenciones sólo pueden alterar realidades raciales guiando la acción humana a cambiar la naturaleza misma. Por ejemplo, si instituimos incentivos eugenésicos o disgenésicos, esto cambiará los genes de las generaciones futuras.

Lo opuesto al realismo racial es la idea de la “construcción social de la raza”, que sostiene que las diferencias raciales no son hechos objetivos sino que en cambio convenciones sociales compartidas, que pueden variar de vez en cuando y de un lugar a otro, como los idiomas y los modales de mesa.

La construcción social de la raza es uno de los fundamentos intelectuales del igualitarismo racial, porque si la raza es socialmente construida, entonces también lo es la desigualdad racial. Esto ofrece la posibilidad de que la desigualdad racial pueda ser reemplazada con igualdad simplemente alterando las convenciones sociales, como las leyes y el lenguaje.

La base del realismo racial

Negro from a painting attributed to Annibale Carracci, ca. 1580s [3]

Negra de una pintura atribuida a Annibale Carracci, ca. 1580s.

La base del realismo racial es la experiencia sensible. Diferentes razas parecen diferentes entre sí. Diferentes subrazas parecen diferentes entre sí. Los niños racialmente mezclados parecen diferentes de los especímenes puros. Incluso razas que parecen superficialmente similares – como aborígenes australianos y africanos negros – parecen ser diferentes en una inspección más cercana. Los observadores cuidadosos no confunden a los dos. Las diferencias raciales no son sólo una cuestión de “color de piel”, sino que también de morfología y comportamiento, todo lo cual puede ser observado empíricamente [1].

Nótese que no afirmo que el realismo racial esté basado en la ciencia. La gente era conciente de las diferencias raciales mucho antes de la aparición de la ciencia. La ciencia viene sólo más tarde, para explicar las diferencias raciales observables. Las teorías científicas son, por otra parte, verificadas o falsadas en función de su habilidad para explicar las diferencias raciales observadas. Las diferencias raciales observables son, por lo tanto, el Alfa y el Omega de la ciencia racial. Así la base del realismo racial es la experiencia sensible, no la teorización científica.

Esto es importante de entender, porque implica que los problemas con teorías de la raza de ninguna manera alteran las diferencias perceptibles entre las razas.

Es también importante entender que el realismo racial es la posición de sentido común predeterminada de toda la humanidad. Observamos diferencias entre las razas, subrazas, e híbridos – humanos y de otro tipo – antes de aprender las palabras para comunicar y clasificarlos, y antes de que creemos teorías para explicarlas.

Recuerdo vívidamente mi primera experiencia de un no-blanco: un mesero en el vagón restaurante de un tren. Yo tenía 4 o 5 años. Estaba especialmente pegado por el contraste de color entre la parte trasera y delantera de las manos del hombre. Cuando él se fue, le pregunté a mi madre lo que había visto, y me dijo que no era simplemente un hombre blanco que se había vuelto café, sino que un diferente tipo de hombre llamado “Negro”. Pero ya había visto las diferencias antes de que se me dijera el nombre y la explicación. De hecho, pedí una explicación porque vi las diferencias. Mi madre y yo ciertamente no construimos las diferencias que eran evidentes para todos.

Dado que el realismo racial es la posición de sentido común predeterminada, los defensores del constructivismo social necesitan ofrecer argumentos para su afirmación. En este ensayo, critico cuatro argumentos de la construcción social de la raza, que caracterizo como sigue: (1) el argumento de la construcción social del conocimiento en general; (2) el argumento de las clasificaciones raciales cambiantes; (3) el argumento de las continuidades; (4) el argumento del silencio de la ciencia. Ésta no es una lista exhaustiva, ni es un estudio y crítica “eruditos” [2]. Elijo estos argumentos simplemente porque son comúnmente usados en debates online medianamente cultos. Concluyo tratando las tesis de la construcción social de la raza como construcciones sociales en sí, exponiendo la agenda política y relaciones de poder detrás del constructivismo social.

1. La Construcción Social del Conocimiento en General

 

Wild Men and Wild Pigs, illustration from, Le Livre et le vraye hystoire du bon roy Alixandre, France 1420 [4]

Hombres salvajes y cerdos salvajes, ilustración de, Le Livre et le vraye hystoire du bon roy Alixandre, Francia 1420

Un argumento de la construcción social de la raza es una simple deducción de una tesis general de que “todo conocimiento es socialmente construido”. Ésta es una tesis filosófica sobre la relación entre la mente y la realidad, que sostiene que no existe una única explicación correcta de cualquier aspecto de la realidad, sino en cambio una pluralidad de explicaciones igualmente válidas que son relativas a las circunstancias contingentes de diferentes comunidades. Por ejemplo, existe la explicación científica del origen de las especies, y existe la explicación bíblica, dos de las cuales son productos de diferentes comunidades, y no existe punto de vista neutral o criterio que nos permita afirmar que un enfoque es mejor o más verdadero que el otro.

Creo que esta suerte de relativismo es filosóficamente incoherente en sí mismo [3]. Pero también fracasa como justificación de la construcción social de la raza porque, en cierto sentido, prueba demasiado. Porque si todo es una construcción social, el concepto pierde toda utilidad. La construcción social sólo tiene sentido si existe un término contraste, es decir, hechos naturales objetivos.

Pero si todo es una construcción social, entonces tenemos que preguntar: ¿es la construcción social raza más parecida a la construcción social dinero o a la construcción social gravedad? Porque está en poder de la sociedad cambiar el dinero, pero no está en nuestro poder cambiar la gravedad. Un filósofo que defienda la idea de que la gravedad es una construcción social aún dejaría la sala de conferencias por la puerta en lugar de por la ventana, porque sabe que uno ignora algunas construcciones sociales a riesgo propio.

El constructivista social claramente quiere que la raza sea como dinero en lugar gravedad, pero si todo es una construcción social, necesita ofrecer un argumento adicional para probar que las desigualdades raciales pueden ser abolidas por mandato social.

2. Clasificaciones raciales cambiantes

Uno de los argumentos más comunes para la construcción social de la raza es del siguiente tenor: (1) Si las diferencias raciales son reales, entonces los esquemas de clasificación racial no variarán de vez en cuando ni de un lugar a otro. (2) Los esquemas de clasificación racial varían de vez en cuando y de un lugar a otro. Por ejemplo, el mismo individuo de raza mixta podría ser considerado negro o blanco en diferentes lugares y en tiempos diferentes. [4] Por lo tanto, las diferencias raciales no son reales. Y, ya que las diferencias raciales son ya sea reales o construcciones sociales, deben ser construcciones sociales.

Este argumento tiene dos problemas principales.

La primera premisa es simplemente falsa porque elude la distinción entre realidad y opinión. Las diferencias raciales pueden ser perfectamente reales, pero las opiniones de las personas sobre diferencias raciales pueden variar ampliamente. Ya que los seres humanos son falibles, puede haber muchas opiniones sobre un mismo hecho. Pero eso no hace a los hechos menos objetivos. Simplemente prueba que la gente frecuentemente falla en ser tan objetiva como los hechos.

El ejemplo citado sobre los variables estándares de negritud nada prueba sobre las realidades raciales. Primero, la idea misma de categorizar a los individuos de raza mixta como negros o blancos es problemático, simplemente porque están mezclados. Dado que no son negros ni blancos, no es sorprendente que la gente tome diferentes decisiones si deben clasificarlos como uno u otro. Por lo tanto, puede ser convención social arbitraria decir que Barack Obama es un hombre negro. Pero es un hecho objetivo de la naturaleza el que tenía una madre blanca y un padre negro y es, por lo tanto, mitad blanco y mitad negro.

3. Cortando la Continuidad

Otro argumento común para la construcción social de la raza, y del conocimiento en general, depende de la distinción entre diferencias de grado y diferencias de tipo, y dice como sigue: (1) Si las diferencias raciales son verdaderas diferencias de tipo, entonces no debería existir una continuidad de tipos intermedios. (2) Existen continuidades de tipos intermedios entre razas. Por lo tanto, existe sólo una raza humana, y las distinciones entre razas no se encuentran en la naturaleza sino que construidas por seres humanos. Nosotros dividimos la continuidad. La naturaleza no viene separada en tipos diferentes [5].

Existen dos problemas principales con este argumento.

La primera premisa me parece altamente dudosa: sólo porque existan continuidades en la naturaleza no significa que no existan distinciones reales entre las partes de una determinada continuidad. En términos de color, el rojo puede degradarse a naranjo, y diferentes culturas pueden tener diferentes palabras para los colores y hacer distinciones más finas o bastas entre ellos. ¿Pero significa esto que no existan diferencias reales observables entre, por ejemplo, rojo y azul?

La teoría evolucionista postula el origen común y continuidad evolutiva de toda la vida sobre la tierra. ¿Significa esa continuidad, por lo tanto, que no existen diferencias entre mamíferos y aves, o aves y reptiles, o nematodos y seres humanos? ¿Es la diferencia entre dinosaurios y humanos simplemente una “construcción social”? ¿No existían los dinosaurios antes de que los seres humanos estuviésemos para “construirlos socialmente”?

Si la raza es una construcción social, ¿es la raza humana como un todo también una “construcción social”? ¿Entonces qué es la sociedad? ¿De qué está compuesta la sociedad antes de la construcción social de la raza humana? ¿Es la sociedad también una construcción social, que parecería llevarnos a una regresión infinita (la sociedad es una construcción social de una construcción social de una construcción social…)? ¿O la sociedad no es una construcción social? ¿Es sólo un hecho de la naturaleza? ¿Está simplemente ahí? ¿Entonces por qué otras cosas no pueden ser hechos de la naturaleza, como los seres humanos y los dinosaurios?

La segunda premisa es también problemática. Los antropólogos afirman que todas las razas humanas descienden de ancestros comunes. Pero en diferentes momentos del tiempo, las cinco diferentes razas humanas – Caucasoide, Mongoloide, Congoide, Capoide, y Australoide – se ramificaron y diferenciaron tanto de sus ancestros comunes como entre sí. Después de desarrollarse en aislamiento por suficiente tiempo para alcanzar rasgos distintivos, estas razas entraron en contacto entre sí y dieron origen a poblaciones mixtas [6]. Pero la existencia de individuos racialmente mixtos no derriba la distinción real entre razas más de lo que la existencia de pintura verde refuta la existencia de pintura azul y amarilla [7].

4. El Silencio de la Ciencia

Otra afirmación común de los constructivistas sociales es que la ciencia no da respaldo adecuado a la idea de distinciones raciales reales, por lo tanto el constructivismo social es verdadero. El argumento es el siguiente. (1) Si existen diferencias raciales reales, entonces la ciencia las explicará. (2) La ciencia no ha explicado las diferencias raciales. Por lo tanto, no existen diferencias raciales reales. Ya que las diferencias raciales son, ya sea reales o socialmente construidas, la raza es una construcción social.

Este argumento tiene cuatro problemas graves.

Primero, el realismo racial está basado en diferencias raciales observadas, no en teorías científicas sobre la raza. Los seres humanos percibieron las diferencias raciales mucho antes del surgimiento de la ciencia, y aún las percibimos, incluso aquellos de nosotros que son completamente inocentes de la ciencia racial (como la mayoría de los constructivistas sociales resultan ser). Por lo tanto, la primera premisa es simplemente falsa: la realidad de la raza no depende del éxito o fracaso de las teorías científicas de la raza. Las teorías pueden surgir y caer, pero las diferencias observables permanecen.

En cuanto a la segunda premisa: los científicos podrían discrepar [8]. Podemos determinar la raza de un individuo a partir del análisis morfológico o genético de un solo hueso o mechón de cabello.

Por supuesto, los constructivistas sociales no están exactamente claros acerca de qué constituye el fracaso de la ciencia para explicar la raza, pero generalmente insinúan que la ciencia ya sea (1) ha fallado en proponer un único rasgo diferenciador poseído por todos los miembros de una raza y no poseído por las otras [9], o (2) que ninguna teoría semejante ha alcanzado aceptación universal.

Pero la exigencia de un único rasgo diferenciador esencial para cada raza es arbitraria. La naturaleza no tiene que ajustarse a nuestras exigencias. Y el hecho de que una teoría no logre aceptación universal no tiene nada que ver con la verdad, dada la variabilidad y falibilidad de las opiniones humanas. Francamente, creo que la mayoría de los constructivistas sociales son intelectualmente deshonestos. Por lo que ninguna teoría sobre diferencias raciales objetivas ganará alguna vez aprobación universal, no importa cuán bien fundada pueda estar.

Otro problema con este argumento es que pasa por alto el hecho de que la ciencia es un proceso que se desarrolla a través del tiempo. Por lo que incluso si la segunda premisa fuese cierta, la conclusión no resulta, simplemente porque la ciencia podría no haber propuesto la explicación correcta solo por el momento. Pero espera.

Un problema final con este argumento es la suposición de que en ausencia de una explicación científica para la raza, la única alternativa es el constructivismo social. De hecho, la posición predeterminada es el realismo racial basado en la observación empírica, que no depende de una explicación científica en absoluto.

El Constructivismo Social Como Construcción Social

Los constructivistas sociales típicamente no limitan sus tesis a la raza. Muchos afirman que todo el conocimiento es una construcción social, o incluso que la realidad misma es una construcción social. Por lo que es justo preguntar: ¿Es el constructivismo social en sí una construcción social? Si el constructivismo social es una construcción social, esto tiene tres importantes implicaciones:

  1. Como todas las construcciones sociales, el constructivismo social es el producto de un único conjunto de circunstancias históricamente contingentes.
  2. Ya que cada sociedad está dividida entre gobernantes y gobernados, cada construcción social estará marcada por la agenda de aquellos que sostienen el poder.
  3. Si el constructivismo social es una construcción social, no un hecho de la naturaleza, su aceptación o rechazo no está basado en la razón y en la naturaleza sino que en incentivos sociales: compromiso moral y político para los verdaderos creyentes – lavado de cerebro, codicia, y miedo para el resto.

El constructivismo social tiene un largo pedigrí filosófico, pero hoy en día funciona como un postulado metafísico de proyectos igualitarios de ingeniería social para igualar las razas revolucionando las sociedades definidas y dominadas por europeos. Por supuesto, esta revolución no puede producir igualdad racial, pero puede crear una nueva jerarquía racial en que los europeos estén subordinados. El constructivismo social así sirve a los intereses de una nueva elite social emergente, una alianza de plutócratas desarraigados, no-blancos, minorías sexuales, y otros extraños, en que la comunidad judía organizada es el socio mayor y guía. Así el constructivismo social es un elemento de lo que Kevin MacDonald llama la “cultura de la crítica”: la crítica y derrocamiento de la civilización europea por movimientos inspirados y dominados por judíos como el Marxismo, el psicoanálisis, la Escuela de Frankfurt, el feminismo, el deconstruccionismo, y la mayoría de las formas de postmodernismo [10].

Estos movimientos se caracterizan por pseudo-ciencia, obscurantismo, y tonta defensa etno-política.  Adquirieron su influencia no mediante la razón y la ciencia, sino que a través de la subversión de las instituciones educacionales, culturales y políticas de las sociedades europeas. Perpetúan su influencia a través del adoctrinamiento de los impresionables y la supresión de la disidencia.

Así el constructivismo no puede ser derrotado sólo criticando sus asombrosamente pobres argumentos, que en gran parte no son más que herramientas del engaño auto-consciente y cínico. Si cortas un argumento, la hidra simplemente hace brotar otro.

En cambio, el constructivismo social debe ser derrotado en sus propios términos: alterando las condiciones sociales que le dan origen; cambiando a quién gobierna esta sociedad; quitando el poder y silenciando a sus defensores, al igual que ellos quitan el poder y silencian a los críticos. En resumen, el constructivismo social debe ser socialmente deconstruido y reemplazado por una nueva hegemonía cultural y política que esté alineada con la razón, la realidad y los intereses blancos. Y podemos hacer eso con la conciencia tranquila, porque el constructivismo social es una ideología falsa y perniciosa, nada más.

El realismo racial es la posición predeterminada del sentido común. Está, por otro lado, respaldada por la mejor ciencia biológica. No existe una buena razón para la construcción social de la raza. Sería más verdadero decir que la sociedad es una construcción racial, significando que la sociedad es la creación de seres humanos, que existen como parte de la naturaleza y cuyos rasgos biológicos dan forma y constriñen sociedad y cultura. Pero una vez que la sociedad está establecida, las convenciones sociales dan forma a la raza subyacente instituyendo incentivos de reproducción eugenésicos y disgenésicos o simplemente legislando el exterminio de grupos completos. La naturaleza viene antes que la cultura, pero una vez que la cultura existe, se devuelve y modifica a la naturaleza [11]. Sólo en este sentido específico puede uno decir que la raza es una (parcial) “construcción” social, aunque sería mejor desechar el lenguaje engañoso por completo.

Notas

1. Un excelente libro de texto sobre raza distinguido en términos de características morfológicas observables que sigue siendo válido hasta el día de hoy es Carleton S. Coon, The Living Races of Man (New York: Random House, 1965). El libro es particularmente valioso por sus numerosas fotografías que ilustran tipos raciales, subraciales e híbridos típicos.

2. Para un estudio más comprensivo sobre el caso del realismo racial y contra el constructivismo social ver Richard McCulloch, “Race: Reality and Denial,” The Occidental Quarterly, vol. 2, no. 4 (Invierno 2002–2003): 5–26, http://toqonline.com/archives/v2n4/TOQv2n4McCulloch.pdf [5]

3. Ver Paul Boghossian, Fear of Knowledge: Against Relativism and Constructivism (Oxford: Clarendon, 2007).

4. Ta-Nehisi Coates, “What We Mean When We Say ‘Race Is a Social Construct,’” The Atlantic, May 15, 2013, http://www.theatlantic.com/national/archive/2013/05/what-we-mean-when-we-say-race-is-a-social-construct/275872/ [6]

5. Una suposición subyacente a este argumento es que para conocer verdaderamente la realidad objetiva, la mente debe ser pasiva y la realidad debe simplemente inscribirse a sí misma sobre ella. Por lo que si la mente es de cualquier modo activa en el proceso de ganar conocimiento, ya no conocemos la realidad objetiva, sino que sólo construcciones humanas. Ayn Rand ofrece una reductio ad absurdum de este argumento, aunque ella erróneamente lo aplica a Kant: “El argumento [de Kant], en esencia, decía lo siguiente: el hombre está limitado a una conciencia de una naturaleza específica, que percibe por medios específicos y no otros, por lo tanto, su conciencia no es válida; el hombre es ciego, porque tiene ojos – sordo, porque tiene oídos – iluso, porque tiene mente – y las cosas que percibe no existen, porque él las percibe” (Ayn Rand, “For the New Intellectual,” in For the New Intellectual: The Philosophy of Ayn Rand (New York: Random House, 1961), p. 33.

6. Para una explicación accesible sobre la evolución racial que sigue siendo válida hoy en día, ver Carleton S. Coon, The Origin of Races (New York: Knopf, 1962). Ver también The Living Races of Man de Coon.

7. John R. Baker enfatiza esto en su Race (New York: Oxford University Press, 1974), p. 100.

8. Para un resumen simple y convincente sobre la ciencia del a raza, ver J. Philippe Rushton, Race, Evolution, and Behavior: A Life History Perspective, segunda edición abreviada (Port Huron, Michigan: Charles Darwin Research Institute, 2000).

9. Ver Joseph L. Graves, Jr., “The Biological Case against Race,” American Outlook, Spring 2002, p. 31.

10. Kevin MacDonald, The Culture of Critique: An Evolutionary Analysis of Jewish Involvement in Twentieth-Century Intellectual and Political Movements (Westport, Conn.: Praeger, 1998).

11. Para una reciente y convincente explicación sobre co-evolución genética y cultural, ver Gregory Cochran and Henry Harpending, The 10,000 Year Explosion: How Civilization Accelerated Human Evolution (New York: Basic Books, 2009).