Trifles for a Massacre de Luis Ferdinand Céline

Celineinuniform [1]1,573 words

English original here [2]

Louis-Ferdinand Céline
Trifles for a Massacre [3]
Traducción Anónima
Asunción, Paraguay: Les Editions de La Reconquête, 2010

Louis-Ferdinand Céline (1894–1961) es mi escritor favorito que no disfruto leyendo, como Vertigo es mi película favorita que no disfruto mirar. 

Empecé viendo a Journey to the End of the Night [4] en una librería de usados durante mi último año de estudios de pregrado. En ese momento, desconocía las posturas políticas de Céline, y las hubiera rechazado de haberlas conocido. Yo era un libertario que pensaba que Ayn Rand era la mejor escritora desde Victor Hugo, y todos mis prejuicios me hubieran llevado a odiar a Céline, pero sorpresivamente lo amé de todas formas.

En ese tiempo, me encontraba leyendo A Conflict of Visions [5] de Tomas Sowell, y estaba entre él y Journey, mi optimismo Iluminista pronto se convirtió en polvo. El siguiente verano, antes de que empezara mis estudios de grado, leí la mayoría de las otras novelas de Céline, y francamente tuve una sobredosis de ellas. Céline es un escritor desilusionante, y deshacerse de las ilusiones es una cosa buena. Pero leerlo nuevamente sería el equivalente espiritual de volver a romper un hueso, así que cuando levanté mis bolsos, dejé a Céline detrás, y nunca tuve que leer ningún otro de sus libros hasta el título bajo reseña.

La primera vez que escuché de Bagatelles pour un massacre (1937) fue en julio de 1992 en With Charity Toward None: A Fond Look At Misanthropy [6] de Florence King. Bagatelles es uno de los tres legendarios “panfletos” antisemitas (en realidad un libro bastante sustancial) publicado por Céline entre el 37 y el 41. Los otros son L’École des cadavres (La Escuela para Cadaveres, 1938) y Les beaux draps (Un lindo desorden, 1941).

Cuando Céline publicó Bagatelles, él fue despedido de su trabajo como doctor en una clínica estatal para los pobres. Él fue invitado a escribir para los diarios de la derecha francesa, pero se dice que sus contribuciones fueron rechazadas por ser demasiado extremas. Los panfletos también fueron supuestamente prohibidos por los nazis por ser muy odiosos. En verdad, el estilo vociferante de Céline, extenso en generalizaciones, fuentes materiales cuestionables, e invenciones literarias traicionan la racionalidad esencial de su posición y juegan en las manos del enemigo.

Naturalmente, por sus problemas, Céline también ganó un lugar en la lista de muerte de la Résistance, así que cuando los estadounidenses ocuparon Paris, él escapó con los restos del gobierno de Vichy a Alemania, donde sirvió como médico personal del Presidente Pierre Laval.

Cuando cayó Alemania, Céline voló a Dinamarca, donde él terminó encarcelado. Fue juzgado in absentia en Francia y sentenciado a un año de prisión, “desgracia perpetua”, una multa de 50 mil francos, y la confiscación de sus posesiones materiales, lo cual poco importó debido a que él era pobre. Cuando regresó a Francia en 1951 después de una amnistía, regresó a escribir y practicar la medicina.

Debido al gran problema que causó, es quizás entendible que la viuda de Céline ha rechazado la reimpresión o traducción de los ‘panfletos’. Pero el mundo de la literatura está sujeta a leyes superiores, así que los valientes editores de Les Editions de La Reconquete, operando bajo una impunidad relativamente legal en Paraguay (!), ha reimpreso los tres volúmenes en Francés y trajo la primera traducción de Bagatelles.

Más allá de la amenaza de una demanda, el mayor impedimento para la traducción de Bagatelles es su estilo. Mi francés es bastante bueno, pero encontré al texto imposible de leer en el original porque está repleta de jerga impenetrable, ¿y cuantos traductores virtuosos están disponibles en trabajar en traducciones Samisdat de un escritor condenado a “desgracia perpetua”? Finalmente, un traductor fue hallado.

¿De qué trata Trifles? Me pareció asombroso que la literatura secundaria de Bagatelles nunca realmente nos dijo de qué trata este libro. Después de leer el libro, no estoy más asombrado.

Céline sirvió como soldado en las trincheras de la primera guerra, donde él resultó herido y vio incontables hombres morir y ser mutilados en formas inimaginablemente terribles. Esto le dio un perdurable odio por la guerra. Cuando Hitler asumió el poder en 1933, una sorda y coordinada escandalosa propaganda anti-alemana y pro-guerra empezó a surgir de casi todas las prensas de la sociedad occidental. Céline examinó esta propaganda, conectó los puntos, y notó que sus propagadores principales eran judíos que le estaban pidiendo a los no-judíos en Francia e Inglaterra que derramen su sangre en otra guerra con Alemania para saciar la sed de sangre del odio hebreo que tenían por Hitler.

Esa es la “masacre” del título. Es una masacre de europeos promovida por los judíos, no una masacre de judías promovida por Céline. ¿Cuál era la solución de él al problema judío? Primero, él deseaba sin descanso la exposición de los roles de los judíos como promotores de guerra como también como agentes del bolchevismo y de la decadencia cultural. Eventualmente, él esperaba echarlos de Francia.

Los comentadores literarios, por supuesto, sacuden sus cabezas y se hacen los tontos, cuando se les pregunta que pudo detonado la bronca contra los judíos de Céline. ¿Estaba loco? ¿Hubiera ocurrido una ruptura de su corazón por parte de una chica judía?

La respuesta, por supuesto, era la abrumadora evidencia diaria del odio anti-alemán y el belicismo instigado por los judíos. Los críticos sordamente dejaron de lado este problema al asumir el hecho de que Céline decodifica esta propaganda con ayuda de Los Protocolos y otros delirios antisemitas los cuales, se nos dice constantemente, han sido “desacreditados” por sus oscuros orígenes incluso si pareciera que son confirmados diariamente por cada periódico.

Céline también juega en su contra al acusar virtualmente a cada agente de la decadencia de ser judío. Incluso los Borbones, se nos dice, eran judíos. ¡Miren sus narices! Algo de esto, por supuesto, es juego literario. Pero cualquier cosa que digas de los judíos puede y será usado en tu contra.

Cualquier estadounidense que ha prestado atención en los casi diez años de intenta belicosidad desde el 11 de septiembre de 2001, y ha conectado los puntos y percibido que sus compatriotas están matando y muriendo por intereses ajenos, intereses judíos e israelitas, encontrará Trifles for a Massacre demasiado espeluznantemente… familiar. Pero esto no debería ser sorpresivo en lo más mínimo, es la misma gente haciendo y diciendo las mismas cosas, porque… funciona. Porque caemos en ello una y otra y otra vez.

Imaginen si el novelista americano más avant garde (sea quien sea) gastara los últimos diez años leyendo anti-war.com y decodificando los eventos con ayuda del libro de Kevin MacDonald Cultural Insurrections [7]. Entonces imaginen que él lanza el escenario ocasional de ballet y el Slats Grobnik de Mike Royko en el diálogo de hombre común en un argot impenetrable de la clase trabajadora, fonéticamente recitado al pie de la letra. Entonces entenderán el sentido de Massacre. O mejor aún, déjenme elegir una página al azar:

Aquello que es llamado Comunismo en los círculos de avanzada es una gran provisión de consuelos, el sistema más elevadamente perfecto de parasitismo de cualquier era… admirablemente garantizado por la servidumbre absoluta del proletariado global… el Universalismo de los Esclavos… bajo el sistema Bolchevique, una farsa super-fascista, una superestructura internacionalista, la caja fuerte más resguardada que jamás ha sido concebida, compartamientalizada, remachada, y soldada usando nuestras tripas, por la gran gloria de Israel, la defensa definitiva del eterno pillaje judío, y la apoteosis tiránica de los delirantes semitas…. ¡Saludos!… ¡Verdaderamente por eso!… ¡no por Moloch! ¡No me siento así!… permitiéndole a otros locos medio negros mil veces peores, incompetentes, charlatanes y mil veces criminales que aquellos que están por perder. Tantos super-Behánzins… ¡De ninguna manera!

¿Por qué lo hago?… Pero si fuera una pregunta de verdadero comunismo, de compartir todos los bienes del mundo y todos los sufrimientos en la bases del igualitarismo más estricto, entonces lo apoyaría más que cualquier otro… No necesito más ser agitado, ser catequizado… ser molestado. Estoy listo, así que en guardia… Soy la persona más repartidora que jamás conocerás,… y les dejaré compartir mis deudas, así no me costará mucho vivir… Comunismo como tal, pero sin los judíos, nunca con los judíos. (p. 105, todas las elipsis en el original).

Céline hablaba en serio con su igualitarismo. Su misantropía fue tranquilizada por una profunda simpatía con los pobres y desahuciados. Journey to the End of the Night estaba tan repleto de solidaridad por el trabajador y odio por el capitalismo que fue publicado en la URSS en 1934.

Céline fue invitado a visitar la URSS en 1936. Quedó espantado con lo que vio. Al regresar, él publicó Mea Culpa (1936), un libro corto sobre sus experiencias donde él notó la sobreabundante naturaleza judía del bolchevismo y rechazó la idea misma de progreso y perfectibilidad del hombre.

Pero claramente él también creía en un socialismo no-utópico posible, pero esta posibilidad él la veía abortada en Rusia y el comunismo había sido transformado en medios de expropiación judía de la riqueza rusa y asesinó a los mejores gentiles.

Podes comprar el libro en el sitio web del editor: http://editionsdelareconquete.com/ [8] fue publicado en formato rústico, en una edición limitada de 5,010 copias (de la cual tengo el número diez). Desafortunadamente, es muy cara: 68 euros + 12 de correo. Pero considerando los riesgos y costos de editor, debería ser entendible, como también el servicio que él le está brindando a la literatura mundial y la verdad histórica, es un gasto que vale la pena llevar acabo.