Pureza racial, intereses étnico genéticos y el Caso Cobbs

cabinetofcurios [1]3,229 words

Traducción por A. Garrido)

Enlace original [2]

Nota del editor:

El siguiente ensayo es una de las más importantes piezas publicadas en Counter Currents hasta ahora. Sinceramente comparto su análisis e invito a la discusión.

El concepto de (absoluta) pureza racial [3] fue originalmente un meme racialista, uno que tuvo particular relevancia en el entorno del Nuevo Mundo de entremezcla de grupos raciales muy distintos (Europeo, Amerindio y Negro), esclavitud negra, y temores al mestizaje. Sin embargo, hoy en día, en la era de la genética, la pureza racial se ha vuelto un concepto “anti-racista”, un meme de la izquierda anti-Blanca, un arma para ser esgrimida contra el concepto de la preservación racial. El argumento izquierdista dice así:

Premisa 1: La realidad de la raza y la legitimidad de la preservación racial dependen de la absoluta pureza racial.

Premisa 2: La pureza racial absoluta no existe (como nos lo dicen estudios científicos).

Conclusión: Por lo tanto, no existe tal cosa como la raza, y la preservación racial es ilegítima e irrelevante.

Por lo tanto, este es un argumento lógico que llega a una conclusión falsa debido a una premisa falaz: la Premisa 1. Sin embargo, la Premisa 2 es correcta. Los estudios genéticos nos dicen que grupos hasta ahora pensados “puros” son probablemente el resultado de antiguas mezclas de otros grupos. El pool genético europeo es predominantemente una mezcla de cazadores-recolectores paleolíticos y granjeros neolíticos, y cada uno de esos antiguos grupos a su vez deriva de otras poblaciones. Un razonable análisis computacional [4] afirma que remontándose varios miles de años en el pasado, todo el mundo tiene ancestros de todos los grupos raciales, aunque el número relativo de cada tipo de ancestros es drásticamente diferente para diferentes etnias; un extracto continúa:

Se señaló anteriormente que la existencia de una fecha ACA, o un tiempo en el que todos los que hoy viven compartiesen el mismo conjunto de ancestros, no implica necesariamente que tengamos el mismo grado de ascendencia de cada pueblo. De otra manera, es improbable que incluso las más superficiales diferencias físicas pudieran haber aparecido desde entonces. Pero la pregunta es, ¿en qué medida se diferencia la herencia ancestral de los varios pueblos del mundo? ¿Son diferencias sutiles o dramáticas? Podemos empezar a responder estas preguntas trazando la ascendencia individual de sujetos de hoy en día. Pero en este caso, no estamos interesados solamente en la identidad de los ancestros, sino que en el porcentaje de los genes del sujeto que son atribuibles a cada ancestro. Asumiremos que un sujeto cuenta con exactamente ½ de sus gentes de cada uno de sus padres, y por lo tanto ¼ de sus abuelos, y así sucesivamente. Por supuesto, si un ancestro aparece más de una vez en el árbol familiar, contribuirá a la suma de proporciones individuales. Después de muchas generaciones, la proporción de genes contribuidos por cada ancestro se vuelve extremadamente pequeña, llegando algunos ancestros a no contribuir genes actuales. Pero podemos sumar las proporciones sobre cada continente o país para conseguir una imagen del porcentaje de genes que el sujeto moderno debe a sus ancestros viviendo en diversas partes del mundo en un tiempo determinado. Primero trazaremos la ascendencia de un sujeto japonés seleccionado al azar nacido en el año 2000 en uno de los ensayos C2. Por el año 1500 D.C., el sujeto debe el 98,8% de su ascendencia a su país de origen, el del medio de los tres territorios japoneses, y mucho del resto a otros dos países que conforman Japón. El 0.4% remanente es atribuible a áreas vecinas de China y Corea. Por el año 500 D.C., 98,9% de la ascendencia del sujeto es todavía atribuible a Japón en su conjunto. Esto disminuye a 97,5% por el año 2000 A.C., 95,7% por el 5000 A.C., y 88,4% por el 20.000 A.C. La proporción de la ascendencia del sujeto atribuible a cada país del mundo en el año 5000 A.C. se muestra en la Figura 13. Las regiones rojas y naranjas en conjunto representan el 97,35% de la ascendencia, con 2,62% del resto de Eurasia, 0,014% de África, 0,00090 de Indonesia y Australia, y 0,00086 de las Américas. La Figura 14 muestra la ascendencia correspondiente a un noruego seleccionado al azar. En este caso, el 92,3% de la ascendencia en el año 5000 A.C. es atribuible al país en que el sujeto vive, en Noruega central, y 96% a Escandinavia en su conjunto. El noruego tiene aproximadamente tres veces más ascendencia africana que el sujeto japonés, pero mucha menos americana, indonesa, y australiana. El noruego debe 0,00044% de su ascendencia a Japón en el año 5000 A.C., mientras que el japonés debe el 0,0049%, o casi 1 en 200.00, a la antigua Noruega. Eso haría pensar que, a este nivel de mezcla, podría esperarse que un típico noruego hubiera heredado aproximadamente un bloque de haplotipos de Japón en 5000 A.C. (Gabriel et al.,2000).

Es importante distinguir entre ancestros genealógicos vs. ancestros genéticos [5]. Ancestros genealógicos son todos aquellos quienes son tus ancestros, hayan o no contribuido a tu genoma; ancestros genéticos son esa fracción de tus ancestros genealógicos quienes realmente acabaron contribuyendo secuencias de genes a tu genoma. En teoría, uno puede afirmar que sólo los ancestros genéticos son relevantes – si no tienes ADN de un ancestro en particular, ¿importa ese ancestro? Por otro lado, el tradicional paradigma de la pureza racial fue esencialmente genealógico, siendo formulado en la era pre-genética. Así, en el Sur de Estados Unidos, por ejemplo, una persona con un único ancestro negro conocido generaciones atrás fue considerada “Negra”, independientemente de si la persona tenía algún ADN de ese ancestro (por supuesto la genética no era conocida en ese entonces), e independientemente de su fenotipo racial. Entonces, el paradigma de la pureza es, por lo menos en su forma estricta, genealógica. Sin embargo, si uno retrocede lo suficiente, cualquier persona tendría ancestros genealógicos de otros grupos raciales (ancestros genéticos de tipo similar pueden o no existir). La Premisa 2 es correcta: no existe tal cosa como una absoluta pureza racial (diferencias en los relativos grados de mezcla es otra cosa, por supuesto).

Por lo tanto, obsesionarse con una pureza absoluta, remontándose a atrás a través de la niebla del tiempo, es un ejercicio inútil, que al final contribuye a los argumentos de los anti-racistas, con sus afirmaciones de “pero todo el mundo está mezclado”. Sin embargo, independientemente de cómo los modernos pool genéticos llegaron a existir, las personas no son genéticamente idénticas – hay diferencias en el parentesco genético y por lo tanto en intereses genéticos, y es allí donde necesitamos enfocar nuestra atención.

La Premisa 1 es falsa. La Raza no depende de la “pureza”. Raza puede definirse de diferentes maneras, pero esencialmente es una subpoblación genéticamente distinta caracterizada por un conjunto de rasgos fenotípicos heredables (i.e. genéticos) que se distinguen de otros grupos parecidos. No hay nada en cualquier definición razonable de raza que incluya la idea de que la raza tiene que ser un grupo herméticamente cerrado, absolutamente aislado de todo otro grupo desde el principio de los tiempos. Por lo tanto, la preservación racial se hace cargo de las razas y sus pool genéticos como realmente existen hoy en día, con “verrugas” y todo. De ninguna manera la posible existencia de mezcla pasada sugiere que la mezcla futura es inevitable, necesaria, o deseable. Los intereses étnicos y genéticos de cualquier grupo miran hacia adelante, basados en el presente y mirando hacia el futuro. Cómo el grupo llegó a existir – incluso a través de mestizaje, no cambia los intereses que hoy en día el grupo tiene en su continuidad y preservación.

Por supuesto, el concepto de intereses étnico genéticos [6] (IEG) representa un argumento contra el futuro mestizaje, particularmente contra el mestizaje a través de extensas líneas raciales; i.e., a través de una gran diferenciación genética. IEG mira hacia delante. Los intereses genéticos son considerados en el presente, para influir decisiones que afectan el futuro. El mestizaje en el pasado afectó los intereses genéticos de la gente en ese tiempo. No podemos volver en el tiempo y alterar las decisiones hechas por gente del pasado que creó las etnias e individuos que existen hoy en día. Las personas de hoy son lo que son, con genomas que son lo que son. No podemos cambiar eso. Sólo podemos cambiar lo que las futuras generaciones serán, lo que sus genomas, y consecuentemente fenotipos, serán. Los intereses genéticos siempre miran hacia delante. Así que, otra vez, cualquier individuo o etnia hoy en día, con cualesquiera mezcla ancestral, tiene intereses genéticos, independientemente de cómo sus genomas llegaron a ser.

Para la biopolítica, el parentesco genético necesita reemplazar a la “pureza racial”. Según Frank Salter, los intereses esenciales son intereses genéticos, y los intereses genéticos se basan en el parentesco genético. Sólo el parentesco genético es relevante para la biopolítica. Este contrasta con el argumento del Hombre de Paja de la “pureza” racial, el cual usualmente deriva de alguna comparación a priori a alguna población parental[1] [7] escogida.

Puesto que todas las diferencias genéticas, sin importar su origen (e.g. “mezcla” [real o artificial], presiones selectivas, deriva genética, etc.) influyen en el parentesco genético, la medición de tal parentesco es el enfoque más inclusivo y definitivo para entender nuestros intereses esenciales. Aceptamos el pool genético europeo como es ahora y nos esforzamos para mejorarlo en el futuro. Para usar la terminología de Yockey en una nueva manera, reemplazamos las obsoletas y no-científicas preocupaciones “verticales” sobre pureza/mezcla, por preocupaciones “horizontales” sobre parentesco e intereses genéticos.

Lo que escribí en mi ensayo sobre el Principio de Pareto [8] es aquí pertinente:

Si los intereses genéticos son, como Salter sostiene, intereses esenciales (Yo creo que lo son), y si los intereses genéticos se basan sobre parentesco genético (que lo son), la única medida de la raza biológica de verdadera importancia para los intereses esenciales es el parentesco genético.

Estudios de genética poblacional general, mestizaje, proporciones ancestrales, NRY[2] [9] y haplotipos de ADN mitocondrial, historia racial – todo aquello puede ser interesante desde perspectivas científicas, históricas y antropológicas. Pero desde la perspectiva fundamental de los intereses esenciales, desde la perspectiva de la biopolítica práctica, todo o la mayoría de eso es marginal en el mejor de los casos, e irrelevante en el peor. Una evaluación adecuadamente mensurada del parentesco genético, el cual debe incluir estructura genética, por su naturaleza tomará en cuenta los diversos mecanismos y tipos de variación genética (autosómica).

Una contabilidad precisa del parentesco genético producirá una medición cuantitativa que constituye la esencia básica de los intereses genéticos y puede ser usada para evaluar los méritos relativos de diferentes posibilidades etno-raciales.  De acuerdo con el Principio de Pareto, las medidas del parentesco genético requieren un esfuerzo minoritario comparado a análisis más amplios sobre raza biológica, pero producen la mayoría de la relevancia biopolítica.

El fiasco del examen genético de Cobbs [10] es relevante para esta discusión, y pone de relieve cómo los exámenes genéticos deberían ser considerados. Primero, no creo que Cobbs sea realmente 14% Negro, ni que Watson sea 16% [11]. Personalmente tampoco que un examen genético de alta calidad, realizado de manera “ciega” (i.e., siendo desconocida la identidad de la persona examinada), arrojaría un resultado de 14% para el Sr. Cobb; estoy seguro de que sería mucho menos. El completo episodio, para mí, falla la “prueba del aroma” de la legitimidad. De hecho, uno puede decir que Cobbs fue Watsonizado – un término que describe el uso irresponsable de información genética para humillar públicamente a un muy conocido supuesto “racista” “descubriendo” altos niveles ocultos de mezcla con minorías. Sin embargo, desconociendo los detalles sobre el tipo de examen que Cobbs tomó, cómo fueron manejadas las muestras, y lo que su exacta genealogía ancestral es, todo lo que en definitiva puedo decir sobre este punto es que todo el asunto parece sospechoso, y que soy escéptico de los resultados. Por supuesto que es teóricamente posible que el resultado de 14% sea legítimo, y un reflejo de lo real, significativas cantidades de mezcla. Pero el escepticismo extremo está justificado en este punto.

Estos exámenes genéticos tienen un problema con el “ruido estadístico” que en realidad no es completamente explicado ni cuantificado por las compañías de exámenes. Sé que la gente agonizará sobre cosas como algún finlandés obteniendo como resultado un “2% asiático”, o algo parecido, pero a esos bajos niveles, el resultado no puede en realidad ser estadísticamente diferente a 0%. Cuando se les pregunta directamente, a veces las compañías hacen algunas admisiones [12] (énfasis añadido):

Aquí está la respuesta de nuestro científico quien desarrolló el algoritmo subyacente a la pintura de la ascendencia: “No he visto un caso donde 9% de ascendencia asiática no indique genuina ascendencia asiático oriental o nativo americana. He observado en orden miles de individuos de ascendencia conocida, que aproximadamente cubren la gama de la diversidad humana. Así que yo consideraría 9% como un indicio fiable de ascendencia asiático oriental o nativo americana. Dicho esto, 9% está cerca del umbral por sobre el cual la siguiente declaración puede ser hecha, por lo que todavía es teóricamente posible, aunque muy improbable, que la predicción no sea cierta.

Nótese que la explicación fue sobre Negros exhibiendo mezcla asiática/nativo americana – 9% está “cerca del umbral” de la fiabilidad; sin embargo, porcentajes más bajos definitivamente no pueden ser distinguidos de ruido estadístico. ¿Tiene un Negro, por ejemplo, “2% nativo americano”, realmente un ancestro amerindio? Tal vez sí, pero no es mucho más probable que algún otro Negro que tenga un resultado “0% nativo americano”. Los números precisos sobre Blancos no fueron dados, pero probablemente estaría en el mismo rango general. Por lo tanto, cuando consideramos números de menos de, por ejemplo, ~5%%, no es, en mi opinión, muy distinguible de “ruido”. Un resultado de 14% está probablemente por encima del umbral de “ruido” para Blancos, pero dudo que una precisa medición de Cobb realmente arroje 14%. Si en cambio es algo en el rango de 1-5%, es probablemente insignificante.

Hay un problema aún más sutil con muchos de estos exámenes de ADN. Para etnias algo distantes de las “poblaciones de referencia” utilizadas, una baja cantidad de seudo-“mezcla” artificial será detectada. En otras palabras, la “mezcla” no es necesariamente detectada porque actualmente (históricamente) la mezcla exista, sino porque una población es menos genéticamente diferenciada que la población de referencia, y por lo tanto es ligeramente más cercana genéticamente a otras poblaciones. Consideremos dos poblaciones, A y B, las cuales son genéticamente muy distintas y son usadas como poblaciones de referencia. Ahora consideremos una tercera población, X, que pertenece al mismo grupo racial general que A, pero es menos genética/racialmente diferenciado. En otras palabras, X es ligeramente más similar a B de lo que A es – pero no porque X sea una mezcla de A y B. Por ejemplo, quizás, con el tiempo, la más aislada población A ha experimentado deriva genética que, cuando es combinada con presiones selectivas, ha diferenciado a dicha población de la población B en una mayor medida que la población X está diferenciada de la B. Si A y B son las poblaciones de referencia utilizadas, y si X es evaluado a través de la comparación de A vs. B, entonces X aparecerá como si fuera una mezcla de principalmente A con un poco de B. Por supuesto, una posibilidad es que X de hecho sea tal mezcla, pero también es posible que no.

En el antiguo sitio de Decodeme (se requería iniciar sesión, por lo que no hay URL disponible), lo siguiente fue admitido (énfasis añadido):

Las muestras de las poblaciones de referencia fueron obtenidas del proyecto HapMap – ellos son:

1)         Euroamericanos de UTA – quienes probablemente tienen principalmente ascendencia del norte de Europa.

2)         Nigerianos Yoruba[3] [13].

3)         Chinos de Beijing y japoneses de Tokio.

Las características de estas muestras de poblaciones de referencia y la naturaleza clinal de la variación genética humana (i.e. el hecho de que normalmente la gente se vuelve gradualmente más diferente a medida que viajas más lejos de tu país) tienen varias implicaciones secundarias para la interpretación de los resultados. Por ejemplo, un usuario de Decodeme con una mayoría de ancestros (las últimas dos generaciones) del sudeste europeo, normalmente verá más altos porcentajes de ascendencia africana y asiática que un usuario de Decodeme cuya ascendencia sea principalmente del noroeste europeo. La diferencia será pequeña, pero presente.

Ese es un problema general para etnias que genéticamente no son muy cercanas (no idénticas) a las poblaciones de referencia. Ahora, probablemente (?) Cobbs deriva ascendencia desde fuentes similares a los ejemplos de Utah, por lo que este problema posiblemente no se aplica a su caso, pero esto no obstante es una importante advertencia a tener en cuenta. Este problema, junto con el del ruido estadístico, debe ser considerado para la apropiada interpretación de los resultados del examen genético. Sin embargo, la clase de (izquierdistas) personas involucradas en los ataques genéticos “te atrapé” a Cobb y Watson no serán lo suficientemente honestas para señalar estas cuestiones.

Las pruebas genéticas pueden ser usadas para obtener una estimación aproximada sobre proporciones ancestrales, lo cual puede ser de alguna limitada utilidad y, ciertamente, puede ser de interés personal. Pero es un error pensar que semejantes pruebas – por lo menos en el futuro previsible – puedan proveer una medida definitivamente precisa, hasta el porcentaje exacto, de ascendencia y pureza. En la medida que yo pueda haber contribuido a esta concepción errónea en el pasado, fue un error de mi parte. Pero fue un error menor comparado con el mayor de continuar la anticuada obsesión con alguna suerte de absoluta pureza remontándose a los albores del tiempo. Uno puede hablar sobre niveles relativos de “mezcla” (o la falta de ella), pero el punto hecho en mi ensayo sobre el Principio de Pareto [8] fue que para el componente biológico de la identidad, el parentesco genético es primordial. Y en esto yace el real valor de los exámenes genéticos: la acumulación de datos que pueden ser usados para medir el parentesco genético relativo, y la distancia genética relativa, que puede ser utilizada para evaluar intereses genéticos. Y ya que la mezcla alterará la frecuencia de genes e incrementará la distancia genética, un cálculo del parentesco genético necesariamente tomará en cuenta la presencia de, y niveles de, mezcla genéticamente detectable.

Hay más identidad que en los genes, sin embargo creo que los intereses genéticos son fundamentales. En la medida que deseamos considerar a la genética, nos concentraremos principalmente en el parentesco genético y los consiguientes intereses genéticos – un énfasis que reforzará el caso de la preservación racial. Volviendo a la idea de una absoluta pureza racial, e intentando de encajar ese paradigma en la era de la genética, sólo servirá en las manos de las fuerzas anti-Blancas – como Cobb descubrió – y alentará la “Watsonización”. Necesitamos buscar estrategias y tácticas que sirvan a nuestras fuerzas y apoyen nuestros intereses, no aquellas que ayuden a la Izquierda a deslegitimar el caso de nuestra supervivencia racial.

En resumen: parentesco genético e intereses genéticos deberían ser nuestro enfoque con respecto a consideraciones biológicas, no el Santo Grial de una mítica pureza racial absoluta. Además, en la medida que los exámenes genéticos son útiles, la información generada debería ser principalmente usada para determinar el parentesco genético, no para alimentar con combustible el fuego de los izquierdistas argumentos anti-Blancos y la “Watsonización”.

Notas

1. NdT: En biología [14] y particularmente en genética [15], se denomina parental al o a los progenitores de una progenie [16], esto es, al individuo o individuos cuya reproducción [17], ya sexual [18], o asexual [19], provoca la transmisión de una herencia genética [20].

2. Región no recombinante del cromosoma Y.

3. Grupo etno-lingüístico del oeste africano.